*Los grandes beneficios obtenidos del poder público derechizaron a muchos intelectuales.

Cuando Octavio Paz viró de sus posiciones de izquierda o al menos progresistas, para convertirse en un intelectual casi orgánico del poder público y de derecha, Carlos Monsiváis y Héctor Aguilar Camín, antes compañeros ideológicos del Nobel de Literatura, expresaron su preocupación por el enriquecimiento del pensamiento conservador.
Consideraban a Paz un formidable adversario en el campo de las ideas, y lamentaron su decisión de migrar al campo de sus antes adversarios ideológicos, porque tenían una enorme capacidad para el debate, la polémica informada y la construcción de pensamiento.
Leoncio Mata Zárate. Académico, investigador, analista y colaborador de este semanario, recordó esa época, para examinar la situación actual del país en el campo de las ideas y la interpretación de los fenómenos políticos, como la aplastante victoria en las urnas de una opción antineoliberal, ahora en los poderes Ejecutivo y Legislativo Federal.
La derecha partidista, y especialmente el Partido Acción Nacional, señaló el académico, “carecían de ideólogos verdaderamente capaces, a pesar de la alta jerarquía y portentosa capacidad para la teoría política e interpretación de la realidad nacional y mundial que tenían sus fundadores, en tiempos igualmente definitorios del rumbo de la nación”.
La derecha esporádicamente contaba con brillantes intelectuales, inclusive en la dirigencia, de su vertiente partidista, como fue el caso del líder panista, Carlos Castillo Peraza, “pero generalmente carecía de grandes ideólogos”, insistió Mata Zárate.
En estos momentos el PAN padece una de sus mayores sequías en el campo del pensamiento político, pero como si quisiera compensar esa su pobreza intelectual, radicalizó sus posiciones de derecha, como lo prueba la oposición al nuevo gobierno de sus gobernadores, senadores y diputados federales, ilustró el analista político.
No obstante, apuntó, “la derecha en general y el segmento plutocrático dispone de muchos ilustrados y competentes voceros y defensores en los grandes medios informativos, muchos de ellos desertores de la ideología de izquierda”.
Eso son los casos de Jorge Castañeda, Roger Bartra, Enrique Krause, Héctor Aguilar Camín, Gabriel Said, Jesús Reyes Heroles, y otros intelectuales menores, del nivel de Leonardo Curzio y Leo Zuckerman, más la comentocracia escasamente dotada para generar pensamiento, pero con muchos televidentes y radioescuchas. Todos son recalcitrantes y no objetivos críticos del nuevo gobierno, reiteró Mata Zárate.
Gran parte de la intelectualidad de derecha, especialmente la que antes era de izquierda, mejoró mucho sus condiciones económicas, y no pocos de sus integrantes son ahora millonarios, después de vivir épocas de penurias cuando tenían otra posición política.
Lograron prosperidad al vincularse con el poder público, pero también con los grandes empresarios, “eso explica claramente su derechización y pérdida de rigor y objetividad en sus críticas”, concluyó el articulista de “El Espectador”.