
*Reacción virulenta de intereses económicos que han saqueado a la CFE ante MBD.
La lucha contra la corrupción que llevará a cabo el presidente Andrés Manuel López Obrador no será un día de campo. Encontrará férrea oposición de parte de los intereses económicos beneficiados de ese cáncer.
Un botón de muestra lo constituye la persistencia de la campaña de desprestigio emprendida en forma concertada en los medios informativos de cobertura nacional, por cualquier motivo. Y hay áreas gubernamentales donde los intereses corruptos fueron más eficaces en el saqueo del erario, como fue el caso de la Comisión Federal de Electricidad.
El nuevo director general del organismo, Manuel Bartlett Díaz y exsenador poblano tiene la encomienda de erradicar la corrupción del antes organismo público descentralizado y ahora “empresa productiva del Estado”, la cual aceptó con regocijo el legislador.
En diversas ocasiones consideró absurdo que la CFE, creada para generar energía eléctrica no lo haga y se dedique a comprarla a particulares, mediante contratos leoninos, que obligan a la compañía a dejar de operar sus propias plantas, para cumplir esos contratos.
El exsecretario de Gobernación y de Educación Pública y exgobernador de Puebla es de los nuevos funcionarios federales más atacados en los grandes medios informativos por su empeño en desterrar la corrupción de la CFE. Sin venir mucho al caso, lo acusan de ser autor del fraude electoral que llevó a Carlos Salinas de Gortari a la presidencia de la República en 1988; es decir, hace 30 años.
No obstante, a Salinas no lo tocan en esta campaña de desgaste, ejecutada en los medios informativos para defender intereses ilegítimos, si no es que abiertamente ilegales. Se muestran más dolidos por ese fraude que el propio Cuauhtémoc Cárdenas, principal víctima de esas trampas electorales.
De acuerdo con lo difundido por este semanario hace unos años, el contratismo con sobreprecios exagerados contribuyó poderosamente a la quiebra de la CFE. Como muestra están los contratos de rentas de aviones y helicópteros para directivos de la empresa, que entre 2005 y 2009 (en los gobiernos panistas) costaron a la empresa 2 mil 865 millones de pesos. La flotilla rentada era de dos aviones Cessna y 8 helicópteros.
Con la suma pagada pudieron comprarse más de 8 helicópteros nuevos y 2 aviones Cessna, sin que nadie se escandalizara por eso. No hay datos estadísticos sobre los montos cubiertos por CFE en renta de aeronaves en el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, administración famosa por pagar todo con sobreprecios.
Esos intereses ofreció desterrar de la CFE Bartlett Díaz, pero la reacción contra su nombramiento fue virulenta, especialmente de organizaciones empresariales, que nunca habían expresado rechazo ante nombramientos de altos funcionarios públicos federales, como ocurre ahora.