
El nuevo gobierno federal asumirá directamente la prestación de los servicios de salud, que desde hace muchos años había delegado en los gobiernos estatales, con resultados desastrosos para la población.
En el caso del Estado de México, el anterior gobernador dejó al sistema de salud convertido en una verdadera zona de desastre. La situación no ha podido superarse y en los últimos meses en la práctica han dejado de operar los pequeños centros de atención a los mexiquenses de más bajos ingresos, quienes carecen de dinero para acudir a los médicos particulares y comprar las medicinas.
El problema es grave y quienes ocasionaron daño patrimonial al ISEM gozan de absoluta impunidad. El gobernador Alfredo del Mazo le debe a la comunidad mexiquense la información sobre cómo encontró al Estado.