Esta noche, en Nueva York, Saúl “Canelo” Álvarez, podrá hacer historia si vence al inglés Rocky Fielding, a quien le disputará el título mundial supermediano. El encuentro no despertó en México el mismo interés que su segunda pelea contra Gennedy Golovkin, prueba de que no es correcta esa apreciación de que el jalisciense es imán de taquilla y pago por evento, y en realidad cuando sus combates han acaparado la atención sus rivales han contribuido mucho a ello, como fue el kazajo en dos ocasiones y Floyd Mayweather, en otra.
Como mexicanos debemos desear que gane, para que obtenga su tercer título en tres pesos diferentes, pero no será fácil la pelea, porque el campeón combatirá en su peso y Álvarez subirá de tonelaje, eso puede traducirse en menor rapidez de manos (junto con su fuerte golpeo, sus dos principales cualidades) y de desplazamiento sobre la lona.
Además, el rival en turno tiene diez centímetros más de estatura, y soportará más la pegada del “Canelo”, porque está acostumbrado a recibir golpes de boxeadores de su peso, pero no es cosa del otro mundo. Será importante una victoria del nacido en Jalisco, por lo de la tercera corona mundial, pero no le agregará mucho mérito, porque Fielding no es de los mejores campeones del planeta.
Lo que sí le hará mucho bien al jalisciense es la paga. Se estima que su cuenta bancaria crecerá 35 millones de dólares después del combate; es decir, unos 750 millones de pesos, algo que ningún otro campeón mundial mexicano acumuló en carreras de hasta cien combates. “El Canelo” los obtendrá en uno solo.
Con esa suma sus ingresos superarán este año los 80 millones de dólares, equivalentes a mil 600 millones de pesos. Y eso que estuvo suspendido un tiempo y no pudo pelear. Por eso los periodistas especializados en box sostienen que el premio nacional del deporte debió otorgársele por ser el deportista mexicano mejor pagado de la historia.