EL ESTADO ENTRARÁ EN UNA NUEVA ETAPA, EXIGIRÁ EFICACIA Y RENDICIÓN DE CUENTAS
Dentro de 15 días los cerca de 17.5 millones de mexiquenses estarán estrenando autoridades municipales. En 14 días los ayuntamientos actuales terminarán oficialmente el trienio, aunque en realidad muchas dejaron de trabajar después del primero de julio y no pocas realizaron un mínimo esfuerzo durante todo el período constitucional.
No otra es la explicación a las malas condiciones económicas y financieras de las administraciones locales, a la mala calidad de los servicios básicos y de la infraestructura urbana padecida por la comunidad estatal dispersa en los más de 20 mil kilómetros cuadrados. Y a esa misa razón obedeció el rechazo ciudadanos a las pretensiones de la mayoría de los alcaldes empeñados en reelegirse.
Si hemos de evaluar el desempeño de las comunas salientes, el resultado no puede ser otro más que el fracaso de una abrumadora mayoría, en perjuicio de las condiciones de vida de sus gobernados, por la ineficacia en la aplicación de los cuantiosos recursos presupuestales, con un aumento cada año por encima de la inflación y el crecimiento demográfico.
Llama la atención la ausencia de autocrítica en los últimos informes de los alcaldes, pues una prueba de humildad y autocrítica hubiera sido una solicitud de perdón por haber fallado y defraudado la esperanza de la mayoría de los 17.5 millones asentados en las 125 demarcaciones municipales. No lo hicieron.
Lo peor para la sociedad mexiquense será la impunidad para tantos malos alcaldes, porque no responderán por su ineptitud, desinterés por resolver los problemas comunes de la población y, en muchos casos, tampoco rendirán cuentas por actos de corrupción, porque han contado con la protección de quienes tenían la obligación legal de vigilarlos y castigar este delito, pero se dedicaron a encubrirlos a cambio de dinero, según lo denunció el diputado local de Morena, Valentín González Bautista.
Los próximos ayuntamientos y sus cabezas gobernarán en condiciones distintas a las de las actuales. Una nueva mayoría legislativa se implantó en el Poder facultado para fiscalizar el gasto público y denunciar los delitos de corrupción, porque ese fue el mandato de los mexiquenses al elegir a los diputados de Morena y sus aliados.
En estas circunstancias, por su bien, pero más por el de la comunidad mexiquense, los nuevos gobiernos municipales están obligados a funcionar con eficacia, honestidad, transparencia y rendición de cuentas, por más que esto suene a frase hecha o a lugar común, pues ese es el reclamo de quienes votaron por todos los partidos, de quienes no votaron y de quienes el primero de julio no tenían edad para ejercer el derecho al sufragio. Y no se conformarán con menos.
Además, no podrán incurrir en actos de corrupción sin ser castigados. La impunidad y la red de protección construida para no castigar ese delito será destruida, según han anticipado legisladores de la alianza “Juntos haremos historia”.