Todavía se sigue comentando el peor partido que se le recuerda al Cruz Azul en su historia, justo el de la final del fútbol mexicano de la Liga MX. Los jugadores caros que tiene evidenciaron que cuanto ganen no está de acuerdo con su calidad, y mucho menos con las ganas de triunfar ausentes en el estadio Azteca.
Tal vez haya impuesto un récord mundial entre equipos de primera división: en los 90 minutos no hicieron un solo disparo al marco rival. Eso explica el que desde antes de iniciado el encuentro la defensa del América tuviera más goles que la delantera cruzazulina. Esa diferencia se amplió en favor del equipo de Emilio Azcárraga con los dos goles anotados por el defensa Edson Álvarez, el mismo que ocasionó derrotas de la selección en el reciente mundial de Rusia, pero resultó letal para el portero Corona.
Por como jugó, el Cruz Azul no puede evitar la sospecha de que en realidad pactó el resultado para que el América fuera campeón. Éste no tuvo la culpa de la falta de coraje, enjundia, deseos de ganar y de desquitar el suelo de los del equipo de la cooperativa.
