1-Los grupos nacionales internos del PRI ya les están ajustando cuentas a sus correligionarios mexiquenses. Como Enrique Peña Nieto ya no es presidente de la República, excluyeron a los diputados federales del Estado de la Comisión Permanente de la Unión. A pesar de que en suelo estatal el tricolor consiguió tres de sus siete triunfos de mayoría en las elecciones de diputados de todo el país, ni uno sólo de la bancada fue incluido en el grupo que atenderá los asuntos del Poder Legislativo Federal durante el receso.
Aunque pocos, los representantes populares federales priístas de la entidad tienen capacidad y experiencia, como son los casos de Ernesto Nemer Álvarez, Ana Lilia Herrera Anzaldo, Ricardo Aguilar Castillo y Cruz Roa Sánchez. Tampoco Eruviel Ávila Villegas fue tomado en cuenta para integrar la Comisión citada, pero su caso se entiende, porque está cosechando toda la malquerencia de los priistas hacia su protector Luís Videgaray Caso.
2-Los accidentes aéreos mortales persiguen en este siglo a los panistas encumbrados. Un miembro del gabinete y amigo personal de Vicente Fox Quesada y exgobernador de Guanajuato, como éste, Ramón Martín Huerta, murió al desplomarse un helicóptero que lo trasladaba al penal del Altiplano. La aeronave cayó en una hondanada localizada entre Huixquilucan, Lerma y Xonacatlán, en septiembre de 2005.
Los secretarios de Gobernación de Felipe Calderón Hinojosa, José Camilo Mouriño y Francisco Blake Mora, también murieron en este tipo de accidentes. La muerte del primero afectó tanto a Calderón, porque era muy cercano a sus sentimientos, que todavía le llora. Del segundo nadie entiende por qué se accidentó por el Valle de Chalco, cuando iba de la Ciudad de México a Cuernavaca. Y menos, porque ese viaje partió de las instalaciones del Estado Mayor presidencial (que ahora pueden venderse), ubicadas en San Fe. El recorrido en camionetas le hubiera llevado una hora, pero se fue por aire y rumbo a Puebla.
