La escasez de gasolinas, con todos los problemas que ocasiona, inclusive para los vehículos destinados a la vigilancia y la seguridad pública, debe investigarse, esclarecerse y, desde luego, solucionarse. Podría tratarse de maniobras de los intereses delictivos que controlan el robo de combustibles fuera y adentro de las refinerías de Pemex.
Es extraño que ahora que presuntamente se frenó el robo de estos productos en las instalaciones de la empresa, haya desabasto, cuando debería existir una mayor disponibilidad.
El presidente Andrés Manuel López Obrador reveló que el 80 por ciento del robo de gasolinas se da en las refinerías y corre por cuenta de funcionarios de la antes empresa descentralizada, y existe información de que participan en el negocio de 60 mil millones de pesos anuales altos dirigentes del sindicato de los trabajadores petroleros.
Podría tratarse de un simple problema de logística, es cierto, pero ya hay especulaciones sobre el origen de las gasolinas que se han vendido en los últimos años por lo menos en el Valle de Toluca, según esas versiones desinformadas y todo, el combate al huachicol ha significado que empresarios gasolineros se vean imposibilitados para satisfacer la demanda de sus clientes habituales, no por otro cosa sino por que distribuían, precisamente, combustibles robados.
Otras voces, estás más interesadas, tratan de culpar al gobierno de López Obrador del desabasto de combustibles. No importa si han sido hechas por conveniencia o ignorancia, estas acusaciones hechas tienen eco en las redes sociales.
Con todo, el principal interesado en que se solucione el desabasto, pero sobre todo en que se informe de manera amplia, puntual y transparente el origen del mismo, debería ser el propio López Obrador.
Si el combate al robo de combustibles ocasiona desabasto, eso significa que miles de automobilistas en ciudades como Toluca, adquirían sin saberlo combustible procedente del huachicol, y las implicaciones de ello serían muy graves, pues significarían una red de distribución donde participarían transportistas, gasolineros y autoridades de varios niveles, un asunto grave, se vea por dónde se vea.
