*Diputados del PT ubicaron en los sexenios panista la creación de “adjuntos”.

Los actuales problemas de excesivos mandos en la administración pública federal se gestaron durante los doce años del PAN en la presidencia de la República, destacaron diputados locales del Partido del Trabajo (PT).
No sabían trabajar, y para subsanar la ineptitud, inexperiencia, incapacidad y en muchos casos, falta de vocación por el servicio público, a todos les nombraron directores general adjuntos, quienes hicieron la tarea.
Resolvieron el problema de la falta de conocimientos administrativos de los directores generales al poner a su disposición a los directores generales adjuntos, pero el gobierno panista duplicó esa burocracia dorada, comentaron los legisladores petistas.
Para agravar el problema crearon muchas direcciones generales con sus respectivas dependencias adjuntas, por lo que las nóminas se inflaron, con el consiguiente aumento del gasto corriente, “sustraído del gasto de inversión”, explicaron.
La situación, lejos de mejorar, se agravó durante el sexenio de Felipe Calderón, y empeoró con el de Enrique Peña Nieto, para dar lugar al abultamiento de las nóminas y del gasto en burocracia, “que ahora trata de disminuir el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador”, insistieron los representantes populares mexiquenses del PT.
Un alto porcentaje de estos cuadros ineficaces, que requirieron de adjuntos para que las dependencias operaran, siguieron en las nóminas después de terminar el sexenio de Vicente Fox Quesada, porque se trataba de cuadros panistas, familiares, amigos y aliados políticos del gobernante, añadieron los entrevistados.
Cando llegó Felipe Calderón Hinojosa mejor se deshizo de los adjuntos que ya tenían experiencia y los relevó con otros, pero los que no tenían el perfil idóneo se mantuvieron, porque los presidentes de la República panista vieron la administración pública como botín y bolsa de trabajo para cuadros de su partido.
El priísta Enrique Peña Nieto no resolvió el problema del exceso de personal de este nivel, y lo fue incrementando, aunque no ya al ritmo de Fox y Calderón. Acumulados estos cuadros administrativos “se convirtieron en una pesada carga para el presupuesto, que ahora debe reducirse a nivel apropiado para trabajar con eficacia y sin despilfarro de dinero en nóminas”, concluyeron.