Venezuela se ha convertido en un ‘foco rojo’ con la agudización del encono y posiciones extremas del gobierno de Nicolás Maduro y su oposición, pero sobre todo por la amenaza expresa de una invasión militar de los Estados Unidos o un golpe de estado como lo piden abiertamente los opositores, quienes son apoyados por países latinoamericanos gobernados por la derecha y dóciles a Washington.
La situación es tan grave que la denunció Vladimir Padrino López, ministro de Defensa venezolano, al ratificar el apoyo a Maduro y desconocer a Juan Gaido Márquez, autoproclamado presidente. El militar rechazó la existencia de un poder paralelo y condenó la injerencia extranjera encabezada por Estados Unidos con fines imperialistas.
El problema se agrava porque Maduro rompió relaciones diplomáticas con los Estados Unidos y dio un plazo al personal diplomático de ese país para abandonar Venezuela, pero como Trump desconoció a Maduro, no acatará esa decisión. Si Maduro procede a la expulsión de los diplomáticos, será motivo perfecto para una invasión armada, que no ven mal los países que desconocen a Maduro y reconocen a Guaido.