1-Por cierto, “La fuerza de la libertad” que impulsa Mike Pompeo contra Venezuela no se vio cuando los poderes legislativo y judicial de Brasil destituyeron a Dilma, quien fue electa en un proceso democrático y limpio. Tampoco el ex director de la CIA le preocupa el fascismo y propensión a la dictadura de Jair Bolsonaro, ni las ejecuciones de cuadros guerrilleros que dejaron las armas en Colombia para luchar por la vía electoral por el poder. Y la ultraderecha en México coincide con la visión y maniqueismo de Pompeo.
2-No es descabellada la sospecha de que los actos delictivos de la CNTE en Michoacán, con el bloqueo de las vías férreas, con daños cuantiosos a la economía regional, formen parte de la estrategia de provocación al gobierno de López Obrador, para que los reprima y los enemigos de la cuarta transformación tengan motivos para difundir en sus medios informativos que el tabasqueño es autoritario, con tendencia a la dictadura.
Si no aplica la ley tendrán argumentos para decir que no le importa que se dañen las actividades productivas y pérdidas de los empresarios.
La CNTE siempre ha sido irracional en su forma de presionar para resolver sus problemas. Y nadie la condena cuando tiene razón en sus reclamos, pero sí que no le importe dañar a terceros.
Deben convencerla que no puede cometer delitos graves, como los ataques a las vías generales de comunicación y violación de los derechos de terceros al libre tránsito, como fue el caso de Michoacán.
Este método de lucha es indefendible, salvo por los “macheteros” de Atenco, porque son conductas delictivas impunes.