*Evitan mencionar que la situación se gestó en los sexenios anteriores.

Grosera, burda y facciosa ha sido la forma como los medios informativos de circulación nacional presentan la reducción de la calificación de la deuda de PEMEX, por parte de la compañía Fitch Rating. Los analistas presuntos altamente calificados reflexionaron como si el problema se hubiera generado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y no como si se tratara de lo que en realidad es: la evidencia de la bancarrota de PEMEX, a la cual la llevaron 36 años de gobiernos neoliberales.
El problema le estalló en las manos al nuevo gobierno federal, pero es una situación heredada. No obstante, ni siquiera por equivocación los conductores de programas de noticias y de espacios de debates en los grandes medios informativos impresos y electrónicos de cobertura nacional se refirieron al hecho
Con rostros iluminados y satisfechos por la oportunidad de golpear al tabasqueño, comentaron los problemas de PEMEX, pero con absoluta parcialidad: para nada explicaron que los problemas de la empresa productiva del estado tienen origen en la ineptitud y corrupción extrema de los gobiernos de derecha impuestos al país desde 1982.
Sin decirlo expresamente, culpan de ellos al presidente López Obrador, y para nada se refieren a quienes quebraron a PEMEX. En esta burda distorsión de la realidad destacan los periodistas quienes cobraban millones de pesos al año durante la presidencia de Peña Nieto, y que ya no recibirán esos fondos ilegítimos, si no es que claramente ilegales.