COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
AMLO, OBLIGADO A ATENDER NUMEROSOS FRENTES
Nunca un presidente de la República se había visto obligado tan pronto asumiera el cargo a atender grandes y graves problemas en diversos frentes, como es ahora el caso del mandatario Andrés Manuel López Obrador. Su estrategia para llevar a cabo la cuarta transformación le exige multiplicar esfuerzos en distintas direcciones.
Debe hacerlo, además, con medios informativos adversos a sus propósitos, empeñados en mantener los privilegios de los intereses económicos de los conglomerados de los cuales las cadenas nacionales de radio y televisión y los medios impresos forman parte y, por lo tanto, son parciales, inclusive facciosos, como se ha explicado en el espacio especializado en medios de este semanario.
Cambiar un modelo de desarrollo económico concentrador de la riqueza y generador de pobreza generalizada, aun dentro del mismo sistema de mercado, es demasiado difícil por la resistencia de los factores reales de poder, particularmente el poder fáctico económico, como lo presenciamos con las reacciones de las organizaciones empresariales a la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).
Esa decisión del nuevo gobierno abrió el primer frente al tabasqueño, al cual siguió la reducción de los sueldos a la alta burocracia de los poderes Ejecutivo y Legislativo, con efectos en los ingresos de la ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), quienes consideran justo ganar cerca de 600 mil pesos al mes en un país de 80 millones de personas ubicadas por debajo de la línea de bienestar mínimo.
López Obrador tiene pendiente de resolver el frente abierto por los gobernadores, reacios a renunciar al manejo discrecional de los fondos de los programas federales. Con el argumento de defender la soberanía de las entidades federativas, incurren en una invasión de competencia federal, porque no tienen facultades para decidir cómo estructura la federación sus representaciones en los estados. Por ello no pueden ni siquiera oponerse a los delegados únicos. Lo saben, pero presionan para evitar una rigurosa fiscalización del ejercicio de los fondos transferidos por el gobierno de la República, en estos tiempos de transparencia y rendición de cuentas.
A estos frentes se agrega el formado por lo corruptos exfuncionarios públicos federales y sus cómplices y principales beneficiarios del saqueo al erario: los grandes empresarios enriquecidos por la venta de bienes, servicios y obras públicas con excesivos sobreprecios, los concursos amañados y las concesiones para explotar el espectro radioeléctrico, carreteras, puertos, aeropuertos, recursos naturales, incluyendo los no renovables, como el petróleo y las minas.
La delincuencia organizada, incluida la dedicada al robo de combustibles y en no pocos lugares coludida con segmentos del poder público, está entre otro frente abierto. Y ante esta situación, los analistas más serios discuten si no hubiera sido más recomendable resolver de uno en uno los problemas. Otros creen que solucionar los graves problemas nacionales demanda atenderlos en forma simultánea. Tengan razón los primeros o los segundos, lo cierto es que el presidente López Obrador tiene muchos frentes abiertos y que al final los resultados que ofrezca dirán quienes estaban en lo correcto.