MEDIOS INFORMATIVOS LOCALES, ANTE LA OPORTUNIDAD
DE MEJORAR Y CUMPLIR SU OBLIGACIÓN PROFESIONAL
MAXIMILIANO CASTILLO R.
Este inicio de año, ante las nuevas condiciones políticas, económicas y sociales que se generarán con el nuevo gobierno federal, de claro corte progresista, los medios informativos locales, incluyendo los impresos no diarios, están en inmejorables condiciones para una reflexión colectiva autocrítica, para detectar y corregir las fallas que no le han permitido cumplir con su obligación de informar con oportunidad, suficiencia y profundidad de los acontecimiento cotidianos de impacto directo en las condiciones de vida de los mexiquenses.
A ese mismo ejercicio de revisión deben someterse los propios periodistas, pues si bien hay excelentes reporteros, desafortunadamente para la opinión pública no forman mayoría en el universo periodístico, y su importante aportación al final se diluye ante las características cualitativas del trabajo de poca calidad de sus demás colegas.
Como en este espacio se ha insistido mucho, los diarios, semanarios, estaciones de radio y televisión y plataformas digitales tienen como primera obligación contribuir para hacer realidad el ejercicio pleno de los mexiquenses a estar bien informados y orientados sobre la realidad, incluyendo el desempeño de las instituciones.
Parece obvia esta responsabilidad profesional de los medios informativos y los periodistas, pero no es percibida por los mismos, como puede verificarse con una revisión a los contenidos de las publicaciones periodísticas y de los espacios de los medios electrónicos dedicados a difundir noticias.
Hay esfuerzos plausibles de varios periodistas por cumplir con su obligación frente a los lectores, televidentes y radioescuchas, pero es necesario generalizar su comportamiento, porque lo exige la opinión pública del Estado de mayor peso demográfico del país. Por ello es indispensable la reflexión autocrítica en este inicio de año y por el establecimiento de nuevas condiciones institucionales en el país.
La mayor obligación en el proceso de elevación de la calidad de contenidos en los medios informativos debe ser de los dueños de las empresas editoras, porque si a ellos no les importa mejorar en este aspecto, su personal periodístico carecerá de aliciente para superarse, rendir más y mejorar su quehacer cotidiano.
Un cambio en este sentido debe partir de dos premisas: que el periodismo que se hace no está a la altura de la opinión pública estatal y de que hay disposición de los periodistas a desarrollarse plenamente, porque lo demostraron al hacer sacrificios para mediante programas, como el respaldado por la Asociación de Periodistas del Valle de Toluca (APVT), obtener el título de licenciado en periodismo por conocimientos adquiridos a lo largo de los años.
Lograr esa meta exigió investigar, analizar, sintetizar y adquirir una visión más amplia de la información y del trabajo periodístico, pero desafortunadamente no se aprovechan. Ese mejor preparación no se traduce en texto de mayor y mejor contenido, porque los licenciados en periodismo no ven recompensado económicamente su sacrificio, ni siquiera reciben el reconocimiento de quienes los emplean. Sobre todo ello es indispensable una reflexión colectiva.