Jairo. A. Tell
Muchos son los males que aquejan a la población en el Estado de México, pero en particular el que se refiere a la salud pública. La razón es muy simple: el abasto de medicamentos no es ni remotamente suficiente para atender las necesidades del derechohabiente del ISSEMYM.
Éste, además, subrogó farmacias privadas (que más parecen expendios patitos) la tarea de surtir los medicamentos para los pacientes, porque el organismo no los tiene en sus farmacias.
El problema que aquí se menciona data de hace mucho tiempo, pero se hizo patente durante la contingencia por el desabasto de gasolina. Los derechohabientes se quejan, que las farmacias del instituto no les surten las recetas completas por lo que reciben vales para canjearlos en otras farmacias subrogadas, las cuales surten los vales con medicamentos genéricos en el mejor de los casos, cuando no, con medicamentos similares.
Es evidente el descontento y la preocupación de los quejosos de quienes omitimos su nombre por obvias razones, ya que, no solo no reciben el medicamento que requieren, sino que además reciben malos tratos del personal del instituto y de las farmacias subrogadas. Pongamos por ejemplo el caso del señor Gilberto N originario de Santa María del Monte, quien acudió a consulta en la clínica Alfredo del Mazo del Instituto, ubicada en la calle de Morelos de esta ciudad capital, lugar donde recibió malos tratos del personal de la clínica, pero además al acudir a surtir su receta en la farmacia de la clínica, solo recibió una de sus medicinas y el resto le fue complementado con vales para surtir en una de las farmacias subrogadas.
En ésta, ubicada en la calle Hidalgo, también recibió malos tratos y finalmente no le fue surtido el dichoso vale, por lo que acudió a otra de estas farmacias que se encuentra en la misma calla Morelos, donde tampoco hubo el medicamento y se le enviaba hasta San Lorenzo Tepaltitlan, grave situación, si consideramos que esta persona se traslada en autobús desde su lugar de origen a todos los lugares conde fue referido. A pero eso sí, los descuentos que hace el organismo a los trabajadores están a la orden del día y muchos de ellos son verdaderamente escandalosos. No sería mala idea solicitar una auditoria al ISSEMYM ante la sospecha de que, no se está haciendo buen uso de las cuotas de los derechohabientes,.
Tal vez por eso no hay medicamentos ni la atención adecuada a los mismos. Ojala el gobierno del estado ponga manos a la obra para evitar que esto que aquí se menciona siga ocurriendo y se dé mejor atención a quienes sostienen a dicho instituto. Otro asunto que preocupa a los derechohabientes, es el que se refiere a la falta de lugares para estacionamiento, pues existen muchos lugares disponibles, pero solo son para los jefes y el personal médico, a decir de los vigilantes. Por cierto en las Oficinas del ISSEMYM que se encuentran en la Zona donde se ubica al hospital Nicolás San Juan, los vigilantes tienen órdenes precisas de no permitir la entrada a los derechohabientes, hasta que lleguen sus jefes, que siempre llegan retrazados.
