COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
MÁS GRANDES Y GRAVES RUINA DEL PAÍS Y LA CORRUPCIÓN
En una ceremonia con los empresarios más ricos del país, el entonces presidente Enrique Peña Nieto se quejó de la incomprensión de sus gobernados. Se sintió injustamente percibido por la comunidad nacional. Eran los tiempos de su baja popularidad y el alto rechazo a su gestión, percepción considerada infundada por él.
Las encuestas lo ubicaban como el presidente más impopular en muchas décadas; sobre todo, porque la caída de su credibilidad y de la confianza ciudadana estaba presente en un momento supuestamente de apogeo de su poder sexenal. No entendía la realidad, ni las razones de la mala imagen como presidente de la República.
Menos podía entender el rechazo de los mexicanos en un tiempo en el cual casi todos los grandes medios impresos y electrónicos y sus periodistas más destacados no veían, ni comentaba nada de las causas del desencanto ciudadano. Después se sabría que no fue gratis ni espontáneo el ocultamiento de los graves problemas de ineptitud, corrupción y desinterés por resolver las difíciles condiciones de vida de decenas de millones de pobres.
Tarde se descubriría que en el sexenio la presidencia de la República pagó a los medios informativos 65 mil millones de pesos, más otros privilegios y prebendas, extendidos a conductores de noticias y espacios de debates, analistas y columnistas políticos; los mismos que durante 13 años atacaron con todo al entonces principal líder social y opositor Andrés Manuel López Obrador.
En un momento de su discurso ante el selecto grupo empresarial, Peña Nieto se desesperó y palabras más, palabras menos pronunció aquella difundida frase de “creen que uno se despierta todos los días pensando como joder a México”, e incluyó en su defensa a todos sus antecesores en la presidencia de la República.
La información del nuevo gobierno sobre las condiciones en que Peña Nieto y sus colaboradores le dejaron al país, con problemas mucho más numerosos, grandes y graves arraigan la impresión de que el anterior mandatario, aunque lo haya negado, efectivamente “se despertaba todos los días pensando como joder al país”.
Si no lo hacía, por los resultados de su gestión y el estado ruinoso de empresas como Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el empobrecimiento de la población y la inseguridad pública, la corrupción e impunidad, parece que pensaba y hacía algo bastante parecido a lo que reprochó se creyera que pensaba y hacía todos los días al despertar.
Los problemas son muy graves, pero en un comportamiento inexplicable a la luz de la lógica, los grandes medios informativos y los periodistas a su servicio no examinan la situación dejada por el ahora expresidente. Al contrario, critican las medidas adoptadas para intentar poner de pie al país.
No reflexionan en el sentido de que si los problemas no existieran, no habría necesidad de emprender acciones para superarlos, y ni por equivocación hablan de la responsabilidad de las anteriores autoridades en la zona de desastre en que convirtieron y se encuentra México.