En Venezuela están en riesgo los principios de autodeterminación de los pueblos, la no injerencia de unos países en los asuntos internos de otras naciones y la solución pacífica de las controversias. La ultraderecha convertida en gobierno, servil a los Estados Unidos, se regocija de que Mike Pence exija a México que reconozca a Juan Guaidó, como si fuéramos sus sirvientes.
Aducen las violaciones a los derechos humanos en Venezuela por parte del gobierno de Nicolás Maduro sin importarles que una invasión militar o un golpe de Estado dirigido por Estados Unidos ocasionaría un baño de sangre en ese país.
Además, lucran con el hambre del pueblo venezolano, porque si de verdad les importara contribuir a resolver ese problema ya habrían dejado esa ayuda en manos de las agencias de la ONU y de la Cruz Roja Internacional, pero de lo que se trata es de una provocación para justificar la ocupación militar de Venezuela y el derrocamiento del régimen de Nicolás Maduro.
Maduro gobierna mal, pero eso también es en parte debido al bloqueo de Estados Unidos y el asedio de la oposición; sin embargo, los problemas no se resolverán con derramamiento de sangre, sino con una negociación para una salida pacífica. En este sentido, Mike Pence e Iván Duque, presidente de Colombia, violan leyes internacionales al pedir a militares que desconozcan a Maduro y reconozcan a Guaidó.
En su afán de provocar una situación para invadir militarmente a Venezuela, la CIA es capaz de atentar contra Guaidó o su familia. En realidad en esa estrategia debe inscribirse la advertencia a Maduro de que debe respetar la integridad física, y vida de Guaidó y sus familiares. Ahora el gobierno de Maduro debe cuidar que no le pase Nadal autoproclamado presidente encargado de Venezuela.
Grave error de Maduro maltratar al periodista Jorge Ramos, porque no le parecieron sus preguntas. Ramos, un periodista mexicano que hizo su carrera en Estados Unidos, también fue reprimido por Trump.