1-El sentido común indica que están inflados los gastos que la presidencia de la República hizo en el anterior sexenio por consumo de energía eléctrica y agua en la mansión presidencial de La Herradura, colonia de Huixquilucan. Un buen trabajo periodístico de Mónica Mateos-Vega, publicado en “La Jornada” reveló que por agua potable se pagó en 2018 la suma de 8 millones 076 mil pesos; y por consumo de energía eléctrica, 11 millones 230 mil pesos.
Es mucho dinero, porque por muy grande que sea la fastuosa residencia, no puede gastarse en agua 673 mil pesos al mes y 935 mil pesos, en luz. Debería investigarse al administrador de ese inmueble; sobre todo, porque el palacete está deshabitado
2-La misma investigación periodística de Mateos-Vega sobre la mansión de La Herradura encontró que el inmueble fue donado por Soledad Orozco, viuda del presidente Manuel Ávila Camacho, para destinarla a los jefes de Estado que visitarán al país, y se construyó en un rancho que el presidente Pascual Ortiz Rubio le regaló al general Ávila Camacho. Parte del predio se fraccionó para construir fastuosas residencias. El nombre del rancho le dio nombre a ese fraccionamiento donde viven banqueros, industriales, políticos y hasta un conocido narcotraficante se les coló: Gerardo Albarrán Vázquez, “El Indio”, socio de Edgar Valdez Villarreal, “La Barbie”. El “Indio” fue detenido en una mansión localizada a unas cuadras de la mansión de la presidencia de la República que, según la periodista, casi no se utilizaba para hospedar a jefes de Estado, sino en los últimos seis años para costosas fiestas privadas de Peña Nieto y sus amigos más cercanos.
