*Los poderes fácticos oponen resistencia al cambio, sostuvo Maurilio Hernández.

AUGUSTO L. ROBLES
En un hecho sin precedente, la mayoría legislativa morenista en la 60 Legislatura Local denunció públicamente un intento de resquebrajo en su contra, pero no sólo contra la bancada, sino contra toda la representación popular, según expresó, aunque no identificó a los autores de la maniobra.
En un desplegado periodístico publicado el día 2 de este mes, la diputación de Morena llamó a hacer del Legislativo un escenario con altura de miras y nivel de debate, y condenó “los amagos de desestabilización con los que se pretende lucrar política y mediáticamente”.
Sobre el mismo tema, el coordinador de los diputados locales de Morena, Maurilio Hernández González, advirtió que su partido debe luchar todavía por el poder, porque los poderes fácticos y sus adversarios institucionales oponen resistencia al cambio.
En su desplegado, Morena rechazó cualquier injerencia externa en su bancada, venga de donde venga, y ratificó su absoluta confianza y apoyo al diputado Maurilio Hernández, su coordinador y presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara.
El texto se publicó después del trasiego de diputados de un grupo legislativo a otro, en el cual estuvieron involucrados Morena, PRD, PT y PES, cuyo resultado más notorio fue la pérdida de la mayoría absoluta de los morenistas. Esos cambios generaron una serie de especulaciones sobre los autores de la maniobra, sus móviles, motivaciones, consecuencias y alcances de esos movimientos.
En el traspaso de legisladores desapareció la fracción legislativa del PES, con la salida del 80 por ciento de sus miembros, quienes también renunciaron a su militancia en ese partido. La bancada se reconstituyó, pero sólo con el número mínimo para ser fracción, dos diputados, al incorporarse Julieta Villalpando Riquelme, quien estaba en el grupo del PT. Las causas de lo ocurrido en el PES fueron explicadas por su dirigencia estatal, como se informa en nota por separado de esta edición de “El Espectador”.
Distinta fue la situación de Claudia González Cerón, quien dejó a Morena sin mayoría, absoluta, al volver al PRD, de donde salió para ser candidata y ganar por mayoría el distrito 41 de Ecatepec. Morena, como partido, quedó con 37 de los 75 integrantes de la Cámara. Para efectos legales la mayoría absoluta se requiere cuando acuden a sesionar los 75 miembros de la Legislatura. Y como quedó el grupo, haría esa mayoría para aprobar y modificar leyes en sesiones de 73 diputados.
Analistas de “El Espectador” coinciden en señalar que la salida de González Cerón buscó quitarle la mayoría absoluta a Morena en la Cámara, en una maniobra en la cual debió estar de acuerdo el PRD, pues la diputada no pudo salir para obtener mayor proyección política, porque se fue de un partido poderoso a otro en peligro de extinción.
Dejaron a la fracción del PES Carlos Loman Delgado, quien era su coordinador, Juliana Felipa Arias Rosa Calderón, María Pineda y Juan Carlos Soto Ibarra, pero al igual que su anterior bancada, ratificaron su compromiso de apoyar las iniciativas de la alianza Morena-PT-PES: la mayoría calificada de la coalición no se alteró.
Analistas políticos recuerdan un ambiente legislativo similar vivido en marzo de 2001, cuando una maniobra del gobernador Arturo Montiel Rojas, ejecutada por el diputado Isidro Pastor Medrano, convenció a 11 diputados para dejar al PAN. Con eso el panismo dejó la mayoría relativa en manos del PRI. Ahora no podría ocurrir lo mismo, porque el PRI sólo tiene 12 diputados. En todo caso son previsibles nuevos intentos de perjudicar a la mayoría legislativa de Morena.