La agencia calificadora de riesgos S&P Global Ratings mantuvo las calificaciones crediticias del país en moneda extranjera y local; sin embargo, ajustó de estable a negativa su “perspectiva” de la calificación crediticia del país en el largo plazo.Lo anterior indica que hay un tercio de posibilidad de que degrade la calificación en el término de un año.
De acuerdo con S&P, la perspectiva negativa refleja el riesgo de que el cambio en las políticas gubernamentales para reducir la participación del sector privado en el sector energético, junto con otros acontecimientos, disminuyan la confianza de los inversionistas, contribuyan a aumentar los pasivos contingentes de México (como el rescate financiero de Pemex) y reduzcan la posibilidad de crecimiento económico (PIB).
El resultado de esto sería el debilitamiento de la posición financiera del país, lo cual llevaría a esa firma a degradar su calificación crediticia.
Congruentemente, la agencia también modificó de estable a negativa la perspectiva de la calificación crediticia de PEMEX, CFE, 77 instituciones financieras y otras empresas.