*Las policías siguen siendo incapaces y están infiltradas por la delincuencia.

Más de doce años después de detectarse la incapacidad de los cuerpos policíacos estatales y municipales para vencer a la delincuencia organizada y común, y de conocerse la infiltración en sus filas de los grupos criminales, esos problemas siguen presentes y ni siquiera existe el compromiso expreso, con plazos, para resolverlos por parte de los gobernadores y alcaldes.
De acuerdo con un análisis de “El Espectador”, los gobernadores y alcaldes de todos los partidos respaldan la creación de la Guardia Nacional y la continuidad de marinos, soldados y policía federales en sus ciudades.
No obstante, los problemas que hacen imposible por ahora el retiro de estas fuerzas federales en tareas policíacas y de patrullaje en las calles de las regiones más violentas e inseguras del país se han agudizado.
Los cuerpos locales de seguridad pública, tanto preventivos como persecutorios de los delitos padecen la falta de capacitación, armamento, equipo y con alta penetración de los grupos criminales a los cuales deben combatir.
El análisis encontró que, adicionalmente, un porcentaje significativo de los policías estatales y municipales está dedicado a proteger a personajes poderosos, influyentes, vinculados con altos funcionarios.
Integran esta lista de protegidos con cargo al erario, con escoltas y vehículos blindados inclusive conocidos periodistas, según reveló el conductor de noticias Eduardo Ruiz Healy hace un tiempo.
En el Estado de México fue notorio el caso del exgobernador Eruviel Ávila Villegas, quien disponía de 14 policías municipales de Ecatepec, la ciudad-municipio con los mayores índices de inseguridad pública y de delitos.
Otro ejemplo cercano fue el de policías de Toluca. Según la autoridad, muchos no laboraban, y a cambio de dinero entregado a sus mandos se les permitía abandonar sus funciones y responsabilidad de garantizar seguridad a la población y seguir cobrando sus salarios.
Los ahora ex mandatarios estatales y exalcaldes se comprometieron en diciembre de 2012 a depurar las filas policiacas, capacitar, armar, equipar a sus policías, ser rigurosos en la selección y reclutamiento de los elementos de seguridad.
Para ello la federación brindó apoyo y destinó en estos más de 12 años decenas de miles de millones de pesos, pero los problemas de inseguridad pública, de violencia y altos índices delictivos empeoraron, como se elevaron los índices de impunidad.
Frente a esta realidad, a pesar de que los especialistas sostienen que sin buenos policías estatales y municipales ni el cumplimento de gobernadores y alcaldes de sus obligaciones de proteger a sus gobernados, la Guardia Nacional no podrá resolver la problemática de inseguridad pública y violencia.
Los gobernantes de los dos ámbitos de responsabilidad no se han comprometido a mejorar sus policías en un determinado plazo, como si esperaran que todos los problemas los resuelva la Guardia Nacional, cuando prevenir y castigar delitos del fuero común es su obligación, no del gobierno federal.