“Yo Veo un México con Hambre y Sed de Justicia”

487
0

“YO VEO UN MÉXICO CON HAMBRE Y SED DE
JUSTICIA”: COLOSIO, EJECUTADO EN 1994

*El sábado se cumplieron 25 años del sacudimiento del país por muerte de LDCM.

Luis Donaldo Colosio, con el periodista Macario Lozano, 8 días antes de su ejecución, hace un cuarto de siglo.

Quienes ese anochecer del 23 de marzo de 1994, tenían la mayoría de edad no olvidan lo que estaban haciendo cuando se enteraron de la ejecución en Tijuana del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta: Ese hecho cumplió 25 años.
El país se cimbró al conocer la noticia, y después se irritó cuando supo que falló, por incapacidad, ineptitud o deliberadamente, el equipo de seguridad del abanderado priísta, aunque desde el primer momento se generó la sospecha de que todo estuvo arreglado para que alguien pudiera acercarse al sonorense, ponerle una pistola en la cabeza y dispararle, para herirlo de muerte y hacerle un segundo disparo al estómago.
Alfonso Durazo Montaño, secretario de Seguridad federal, en ese tiempo secretario particular de la víctima, a un cuarto de siglo de la ejecución de su jefe y amigo dijo no creer en la versión oficial de Mario Aburto Martínez como asesino solitario, esa especie de “verdad histórica” como la de Jesús Murillo Karam en el caso de los 43 alumnos de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala, Guerrero. Así como el funcionario piensan millones.
Recordó que en la campaña electoral del candidato presidencial tricolor se comentaba del alto riesgo para su vida en la búsqueda del voto, quien de acuerdo con el contenido y tono de una carta de Ernesto Zedillo Ponce de León, coordinador de la campaña, a Colosio, había un distanciamiento con el presidente Carlos Salinas de Gortari y le recomendaba reconciliarse con éste.
El en ese tiempo presidente de la República sufrió un ambiente hostil cuando se presentó a la sede nacional del PRI a hacer una guardia de honor ante el féretro con los restos de Colosio, a pesar de que la concurrencia era de altos cuadros partidista. Le gritaron ¡Asesino! y desde entonces se arraigó la creencia generalizada de que se trató de un crimen de Estado y, por lo mismo, no se resolvería nunca.
Se recordó que, como ocurre siempre en los magnicidios por ajustes de cuentas entre grupos poderosos, los autores intelectuales tienen condiciones para que no se conozca la verdad, incluso cuando hay indicios claros de su responsabilidad, de lo cual los ejemplos más claros fueron los casos de Julio Cesar, en el año 44 antes de Cristo y del presidente estadounidense, John F. Kennedy, en noviembre de 1963.
Los analistas políticos atribuyeron ese desencuentre Salinas-Colosio al discurso en el cual el sonorense rindió protesta como candidato presidencial, y pronunció aquella crítica de “yo veo un México con sed y hambre de justicia” y el “sabemos que el origen de muchos de nuestros males se encuentra en una excesiva concentración del poder, que da lugar a decisiones equivocadas, al monopolio de las iniciativas y al abuso”.
En su crítico mensaje, Colosio Murrieta dijo haber visto “un México de gente agraviada por las distorsiones que impone a la ley quienes deberían servirla”, y su advertencia sobre el fututo del PRI, que seguiría “obteniendo triunfos políticos en la medida que evite las derrotas de la economía popular”. Consideró a la deuda externa (no imaginaba los montos que alcanzaría en este tiempo) un “lastre y atadura para el desarrollo y superación que nuestro pueblo merece”.
También reprochó que el PRI postulara a candidatos que los priístas eran los primeros sorprendidos de que fueran sus correligionarios (no sospechaba lo de Meade), porque no los conocían. Un cuarto de siglo después el hambre y sed de justicia se mantienen.

Artículo anteriorViola Autonomía de Municipios Artículo de la Ley Orgánica Municipal del Edomex
Artículo siguienteFiscalización en Estados, el Congreso de la Unión Tiene la Lupa Puesta