3 Minicomentarios “El Testimonio de N. Meraz para ‘Proceso’ sobre la Muerte de Colosio”

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1-Interesantes y reveladores los datos dados a conocer por la periodista Norma Meraz, quien fue amiga cercana de la familia Colosio Riojas y vivió con Diana Laura los trágicos acontecimientos del 23 de marzo de 1994. En un texto publicado por la revista Proceso reveló que la esposa del asesinado candidato presidencial del PRI, una vez confirmada la muerte de éste, recibió una llamada del presidente Carlos Salinas de Gortari, a quien le pidió, entre otras coas, que no se presentaran a los funerales de Colosio ni Manuel Camacho Solís ni José Córdoba Montoya.
Esto sorprendió, porque se entiende lo de Camacho, pues no quiso aceptar de inmediato la postulación de Colosio, pero no hay explicación al veto a Córdoba Montoya, quien era una especie de poderoso vicepresidente desde la jefatura de la Oficina de la Presidencia, y protector de Ernesto Zedillo Ponce de León. Algo debió contarle su esposo del franco-mexicano, conocido como el rey de la intriga.
Norma Meraz reveló igualmente otros detalles, los cuales pudiera considerarse irrelevantes, pero indican mucho. Narró cómo por órdenes de Diana Laura le pidió al general Domiro García, jefe de seguridad de la campaña electoral de la víctima, que entregara el reloj y una navaja multiusos que traía Luis Donaldo, porque eran para su pequeño hijo, el militar de alto rango se comprometió a cumplir la orden, pero hasta la fecha los objetos personales de Colosio no aparecen.

2-En la crónica de Norma Meraz sobre los acontecimientos del 23 de marzo de 1994, cuando fue ejecutado Luis Donaldo Colosio Murrieta, salen mal parados los políticos priístas Heriberto Galindo (quién también estuvo presente en el sitio y momento de la ejecución de José Francisco Ruiz Massieu, en Ciudad de México, meses después) y Liévano Saenz, quienes cuando viajaban a la capital del país en el avión donde transportaban los restos de Colosio, se durmieron a piernas sueltas y con grandes ronquidos. Casi nadie durmió en esas horas.

3-Otra revelación de Norma Meraz sobre las secuelas del asesinato de Colosio fue la de que cuando niño, Luis Donaldo Colosio Riojas le preguntó un día a su madre si no tendrían quién les prestara diez mil pesos. Diana Laura, ya muy enferma, le preguntó, a su vez, a su pequeño hijo, para qué quería ese dinero. Luis Donaldo hijo le explicó: lo quería para dárselo a Mario Aburto para que les dijera quién le había ordenado matar a su padre. El contenido del texto de la extraordinaria periodista no tiene desperdicio y es muy oportuno a 25 años del asesinato del candidato presidencial del PRI, perpetrado en una populosa y marginada colonia de Tijuana, Baja California.

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