DERECHO AL AGUA, EN RIESGO
POR SU MERCANTILIZACIÓN
LAS AUTORIDADES NO GARANTIZAN EL SUMINISTRO
DEL AGUA ENTUBADA 100 POR CIENTO POTABILIZADA
Entre los derechos humanos de nueva generación sobresale el del acceso al agua potable. Se trata de la garantía del suministro del líquido en condiciones de potabilidad; es decir, con calidad suficiente para ser consumida sin riesgos para la salud, lo cual no ocurre en la realidad.
Es bien conocida la exclusión de millones de mexicanos de los sistemas de agua potable y drenaje, lo cual agravia el derecho constitucional y humano al disfrute de este satisfactor vital, pero la situación empeora en los numerosos casos en los cuales la entregada a los hogares por las tuberías no puede consumirse, por no ser propiamente potable, como lo ordena la Máxima Norma del país.
El temor a enfermar por la mala calidad del agua y el recuerdo de lo ocurrido con el reingreso del cólera al país, han sido aprovechados por las empresas trasnacionales de la industria embotelladoras de refrescos para hacer negocios multimillonarios, pues esa desconfianza de la calidad del agua de las tuberías obliga a las familias comprar la de esas compañías.
No obstante, lo que parece una simple operación mercantil de los vendedores de agua embotellada y sus clientes, en realidad es una violación al derecho constitucional al acceso al agua potable, porque sólo quienes disponen de ingresos suficientes pueden adquirirla, mientras las familias de bajos recursos económicos quedan marginadas.
En el fondo, en estos casos el agua potable está privatizada, tanto las reservas subterráneas entregadas en concesión o permiso a las empresas mercantiles, como por el disfrute del producto imprescindible sólo mediante la compra a quienes disponen de las concesiones o permisos, por los cuales, adicionalmente, cubren pagos simbólicos.
El futuro del agua potable sería peor en estos momentos si la anterior administración hubiera concertado su intención de modificar la ley de la materia para poder entregar a particulares todo o fases del ciclo del servicio del agua potable: captación, conducción, tratamiento, distribución y comercialización. Por falta de tiempo no se logró ese propósito de la política neoliberal en la materia; de cualquier manera, el ejercicio pleno del derecho constitucional de los mexicanos al acceso al agua potable es una signatura pendiente: un alto porcentaje de la entregada a los hogares por tubería no puede consumirse sin riesgo de enfermarse.
Las autoridades federales, estatales y municipales no garantizan la potabilidad al ciento por ciento del agua que suministran a las viviendas. Los procesos de potabilización dejan mucho que desear, como también incumplen las plantas tratadoras de aguas residuales; muchas ni siquiera operan, pero en su condición de compañías particulares cobran por servicios que no prestan.
El tema no está en el debate, eso conviene a los poderosos intereses económicos beneficiados por la situación actual, pero debería preocuparnos a todos. Se oculta o se soslaya por la misma razón por la que no vemos debatir en los grandes medios informativos el problema del saqueo de los bancos a sus clientes.