
*El programa de estancias infantiles liberó a patrones de crear las propias.
De la redacción
La polémica generada por el cambio de modelo de apoyo en estancias infantiles a madres trabajadoras marginadas del régimen de seguridad social puso al descubierto muchos aspectos desconocidos sobre el tema, su origen y alcances.
Por principio de cuentas, en el caso de las estancias del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se recordó que su funcionamiento, incluyendo a las subrogadas, vino a liberar a todas las empresas, especialmente a las grandes, de la obligación legal de dar el servicio a sus trabajadoras en su condición de madres.
En la práctica, el Seguro Social sustituyó a los patrones en su responsabilidad de atender el problema de las madres con hijos pequeños, y las asumió el organismo, con cargo a las aportaciones tripartitas; es decir, de las cuotas obrero-patronales y del gobierno.
El debate actual no se refiere a las estancias infantiles del IMSS, sino de madres trabajadoras marginadas del régimen de seguridad social; es decir, que laboran en la economía informal.
Se trata de una situación irregular, que se resolvería si los empleos informales de las madres trabajadoras se formalizaran, porque tendrían derecho al servicio de las estancias del Seguro Social administradas directamente o subrogadas.
La oposición a que se entregue el dinero a los padres de familia es extendida y el principal argumento es que esas microempresas quebrarán y dejarán sin empleos a miles de trabajadores y trabajadoras, pero si son buenas estancias los padres seguirán llevando a sus hijos, porque las madres necesitan trabajar y encargarles el cuidado de sus hijos, porque el servicio les resulta prioritario.
COBRAN MUCHO ESTANCIAS DEL IMSS
Las propias organizaciones de propietarias de estancias infantiles para madres trabajadores informales, sin ser esa su intención, dieron a conocer el alto costo de estos establecimientos subrogados.
Cobran como si los padres de familias fueran de altos ingresos, según el monto de las cuotas dadas a conocer por las dirigentes de la lucha por el mantenimiento del sistema de pago directo a los dueños y dueñas de estos negocios, no a los padres de familia.
Según la información dada a conocer a los medios informativos, minimizada y no ubicada en el debido contexto, el promedio de cuota por cada niño de madre afiliada al IMSS es de 4 mil 500 pesos mensuales.
Lo paradójico consiste en que un alto porcentaje de las madres asalariadas no ganan eso al mes; es decir, el Seguro Social eroga una suma mayor que la percepción de la madre beneficiada con las estancias, sin evaluarse si las condiciones de los establecimientos y el servicio merece los 4 mil 500 pesos mensuales por niño. En todo caso, el debate refleja adicionalmente el bajo nivel salarial de las trabajadoras.