*En Toluca se destruyó 90% de los inmuebles con valor arquitectónico.

Mientras no exista una legislación para preservar el patrimonio material e intangible del Estado de México, seguirá la destrucción de inmuebles con valor arquitectónico, histórico, cultural o religioso, advirtió Jesús Castañeda Arratia, académico e investigador de la Facultad de Arquitectura de la UAEM.
En una breve entrevista aclaró que en el Estado de México hay pocas construcciones coloniales, porque el ahora territorio estatal no registro una gran actividad minera, pero sí tiene muchos inmuebles de esa época dedicado a cuestiones religiosas, y para conservar lo que hay debe aprobarse la iniciativa que estudia la Legislatura Local.
Hay muchos templos y exconventos construidos durante la colonia, y merecen ser preservados también con una legislación estatal, pues existe la federal, que padece muchas omisiones, mientras localmente no hay regulación, reiteró Castañeda Arratia, estudioso del tema.
Aseveró que en todo el Estado se han perdido miles y miles de inmuebles con valor arquitectónico, cultural e histórico, pero es la capital del Estado donde las pérdidas han sido mayores.
Una legislación en la materia debe dar estímulos fiscales a los propietarios de este tipo de construcciones, para que las conserven, pues sale caro el mantenimiento y adicionalmente hay presiones sobre esos predios por el alto valor que tienen, abundó el también ex líder del Colegio de Arquitectos del Estado de México.
Sobre la escasa presencia de arquitectura colonial en suelo mexiquense y especialmente en Toluca, Castañeda Arratia reiteró se explica porque en las cercanías de esta capital del Estado no se explotaron minas en esa época.
Las ciudades con mucha arquitectura colonial se debieron a su cercanía a sitios donde se extrajeron minerales, como son los casos de Zacatecas, Guanajuato y Querétaro y otras urbes, lo cual no ocurrió en Toluca.
La capital mexiquense tuvo muchas construcciones de la época porfirista, y fue la que se perdió. Más de tres mil edificaciones de ese tiempo, que representaban el 90 por ciento del total, ya no existen, insistió el investigador universitario.
De la etapa colonial del país queda mucha arquitectura de orden religioso, por eso los sismos dañaron muchos templos, conventos y otras edificaciones de la religión católica, explicó el especialista, pero insistió en que el mayor número de pérdidas de inmuebles es de construcciones del tiempo del Porfiriato.
Los dueños dejaron deliberadamente que las construcciones se deterioraran y se desplomaran para poder limpiar los terrenos y comercializarlos, especialmente para construir modernos edificios o rentarlos para estacionamientos, concluyó Castañeda Arratia, descendiente González Arratia.