*Busca que la comuna recupere su facultad de entregar concesiones para grúas.

El servicio de grúas y corralones es anárquico, abusivo y en muchos casos no cumple con las disposiciones legales. Además, hay casos en los cuales disponen de vigilancia de policías estatales, denunció Arturo Chavarría Sánchez, cuarto regidor de Toluca.
En conferencia de prensa aseveró que grúas y corralones no respetan tarifas y en los sitios donde se resguardan los vehículos éstos son desvalijados, sin que nadie responda por los daños ocasionados.
Las normas establecen que los corralones deben operar en predios de diez mil metros cuadrados, pero las autoridades estatales otorgan concesiones aunque sólo se asienten en cinco mil, incluso en tres mil metros cuadrados.
El cuarto regidor sostuvo que el ayuntamiento podría encargarse de prestar el servicio de grúas y corralones, pues cuenta con terrenos propios para depositar las unidades, además no recibe ingresos por ese servicio concesionado.
Chavarría Sánchez reconoció que la Constitución del país permite que los gobiernos municipales deleguen en los estatales la facultad de entregar concesiones de este tipo, pero la misma Máxima Norma precisa que eso puede ser cuando las autoridades de los municipios no tengan capacidad para ejercerla.
En el caso de Toluca, la comuna tiene capacidad para ejercer esa facultad, por ello debe gestionar que la devuelva el gobierno estatal, para además de recuperarla, obtener ingresos con los servicios.
Hay muchas necesidades y faltan ingresos y este servicio sería una importante fuente de recursos, necesarios para atender las necesidades de la población, recalcó Chavarría Sánchez.
En seguida comentó que el ayuntamiento de Toluca conoce mejor que las autoridades estatales las necesidades de grúas y corralones, porque es indispensable se encargue del servicio y, además, resulta también conveniente la recuperación de la citada facultad de otorgar concesiones.
El cuarto regidor informó igualmente que los corralones tampoco cumplen con la obligación de exhibir las tarifas que cobran, por eso tampoco las respetan y las violan en agravio de los dueños de los vehículos arrastrados y depositados en los corralones.