Crece la Sobreexplotación del Agua por el Rápido Aumento de la Población

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73.-Presa de Valle de Bravo parte del Sistema Cutzamala. FOTO JORGE ALVARADO

*Dejó el gobierno en manos de inmobiliarias orientadas a las utilidades el crecimiento de ciudades.

El problema del déficit del agua en las zonas metropolitanas es un círculo vicioso: los intereses inmobiliarios construyen en áreas de recarga, con ello aumenta la población, la demanda del recurso y la sobreexplotación de los mantos acuíferos; es decir, las ciudades crecen a costa de los humedales y zonas de recarga de las cuales se abastecen del líquido, por ello es cada vez menor su disponibilidad.
Especialistas en el tema, convocados por las facultades de Plantación Urbana y Regional, Ciencias Políticas y Sociales, el Instituto Interamericano de Tecnología y Ciencias del Agua, Turismo y Gastronomía de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), coincidieron en esta apreciación sobre el fenómeno.
Además, la falta de interés y preocupación sobre el impacto social de la expansión de la mancha urbana ocasionó que tierras fértiles y de vocación ganadera se perdieran, para dar lugar a conjuntos habitacionales.
La combinación de más habitantes, menos producción de alimentos y menos aguas pluviales infiltradas al subsuelo por la pavimentación de grandes extensiones, ha dado como resultado la crisis del agua, destacaron los expertos.
En instalaciones de la Facultad de Planeación Urbana y Regional, los especialistas ubicaron en la década de los ochenta del siglo pasado la gestación de los actuales problemas del déficit de agua, precisamente, porque las autoridades delegaron a las compañías inmobiliarias la responsabilidad de impulsar un verdadero desarrollo, lo cual no podían lograr porque sus intereses eran y son las ganancias.
Por eso no hubo orden, ni mesura en la expansión anárquica de las zonas urbanas, y tampoco se respetaron las tierras fértiles, ni los bosques. “Fue cómodo para las autoridades no preocuparse del diseño y vigilancia del desarrollo de las ciudades, pero las consecuencias se están padeciendo ahora”, recalcaron los expertos.
Se impulsó la figura de expropiación de ejidos y permuta de suelo de propiedad social, para convertir las tierras fértiles en conjuntos habitacionales. Con ello se extinguieron las actividades ganaderas y el cultivo.
“Los ecosistemas también se deterioraron, aunque no hay mucha información sobre la dimensión del daño al medio ambiente, que ha sido grande, pero no se conocen con exactitud”, aseveraron algunos de los participantes en la reunión.

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