Inicio Opinión Las Motivaciones y los Ecos de la Marcha Fifi

Las Motivaciones y los Ecos de la Marcha Fifi

354
0
Foto: Archivo

LAS MOTIVACIONES Y LOS ECOS DE LA MARCHA FIFI.
Jairo A. Tell

La marcha fifí (Marcha del silencio) del domingo 5 de mayo fue una manifestación atípica, con algunos acarreados que no sabían ni qué onda. Muchos de los participantes eran de clase media alta y a leguas se veía están poco empapados de las artes de las movilizaciones. La caminata careció de entusiasmo y se vio descolorida por la participación de personajes nefastos como el expresidente Vicente Fox (de poca vergüenza) que lejos de abonar en favor, terminaron por afectar el genuino motivo de la movilización. Sin el formato rígido del mensaje final del líder del que carecieron la marcha se desdibujo y parecieran que no cumplió con su objetivo. Afloraron durante el evento cientos de cartulinas y decenas de mantas con consignas en contra del actual gobierno quien no se enganchó y hasta justifico el legítimo derecho de la libre manifestación de ideas, algo que es plausible para evitar la confrontación y la polarización.
No pocos son los inconformes con las políticas emprendidas por el nuevo gobierno, sobre todo cuando estaban acostumbrados a recibir dadivas y prebendas por cualquier cosa. Los gobiernos anteriores mal acostumbraron a la alta burocracia a llevar un tren de vida que por sí solo el puesto no les permitía; así, al amparo del poder realizaron jugosos negocios y crearon empresas fantasma que permitieron el saqueo inmisericorde de las finanzas públicas. Javier Jiménez Espriu secretario de comunicaciones y transportes en este gobierno de la 4ª. Transformación emitió un comentario puntilloso en el Twitter, casi de inmediato los madreadores se le fueron encima rabiosamente para desacreditar y descalificar su opinión.
La democracia mexicana hoy vive un momento de definición histórica que marcará el rumbo de nuestras instituciones y de la vida social durante las próximas décadas. En este contexto, las fuerzas políticas y la sociedad civil deben entender que es necesario dar un nuevo significado a la oposición tanto en el plano teórico como en el de la acción política, su papel debe ser preponderante pero muy responsable para permitir la recomposición del tejido social. La sola etiqueta de “oposición” carece de valor en un momento en el que los ciudadanos esperan una transformación de la realidad política y de las actitudes y comportamientos de los políticos. Las ideas básicas sobre el papel de la oposición resultan insuficientes en un contexto en el que la clase política en general les ha fallado a los ciudadanos. Hoy, ser oposición poco significa si no hay contenido, ideas y acciones dignas de portar ese nombre.
A todo esto, se suma la presencia de una presidencia fuerte, omnipresente, con respaldo político en los órganos legislativos y con un apoyo popular significativo. Esto demanda una nueva actitud; la oposición necesita nuevas cartas de presentación que acrediten su utilidad y su valor; ser oposición no implica poseer una licencia o un título, ni mucho menos un cheque en blanco; ser oposición se acompaña de obligaciones y responsabilidades públicas, implica una autocrítica, un proceso de aprendizaje permanente y una capacidad de escuchar genuinamente a los ciudadanos. La vía de la oposición en México debe consistir en oxigenar la vida democrática para contribuir a mejorar el contenido de las decisiones públicas trascendentales. Un ejemplo de ello fue la discusión y aprobación de la reforma constitucional de la Guardia Nacional. El proceso que llevó a mejorar sustantivamente esta reforma, a corregir sus defectos e inhibir sus riesgos, sería inexplicable sin el papel que jugaron la sociedad civil y las oposiciones representadas en el Senado de la República. Algo similar debe ocurrir con la reforma educativa y con la reforma laboral.
Hoy no hay de otra, o te ajustas a los nuevos tiempos y realizas tu función de manera profesional y honesta o serás condenado al ostracismo. La experiencia dicta que los participantes y apoyadores de la llamada “Marcha del Silencio” iban a engañar con cifras y fotos mentirosas divulgadas en redes sociales, en un intento por ridiculizar a los llamados “Chairos”, como efectivamente ocurrió. Ahí está el caso de Javier Lozano (Si, aquel chapulín que salta del PAN al PRI y viceversa) al publicar una foto que data del 2004 en paseo de la reforma. Por otra parte los medios tradicionales insisten en su apuesta de ver fracasar al gobierno Lopezobradorista, pero en este intento están dejando en el camino el magro prestigio y la poca credibilidad que aún tienen.

Artículo anteriorMetepec Quemó Cohetes en Plena Contingencia
Artículo siguienteEl Edomex y sus Dos Campeones Mundiales de Box