
*Calificadoras aseveran que refinería de Dos Bocas saldrá más cara de lo previsto.
GABRIEL L. VILLALTA
A pesar de conocer las bases de la convocatoria para la construcción de la refinería Dos Bocas, en Tabasco, las empresas invitadas a concursar por el proyecto presentaron ofertas superiores hasta 50 por ciento sobre el monto licitado y demora de hasta dos años en la ejecución de la megaobra, por lo cual la competencia se declaró desierta.
Las tres compañías trasnacionales eran estadounidenses y compitieron asociadas con empresas de otros países: Bechtel, con Tenchint, de Italia; KBR, con Technip, de Francia; y Worley Parsons, con Jacobs, de Australia. Todas son consideradas las de mayor experiencia en el mundo en ejecución de megaproyectos de este tipo.
No obstante, de entrada incumplían con las condiciones sustantivas de la convocatoria: costo no mayor de 8 mil millones de dólares y ejecución del megaproyecto en un plazo máximo de tres años, según lo informó el presidente Andrés Manuel López Obrador. Querían cobrar entre 10 mil y 12 mil millones de dólares.
En condiciones normales ninguna empresa puede ganar un concurso abierto, restringido o por invitación si viola las bases de la convocatoria en los puntos más importantes, por eso declarar desierta la licitación era el resultado lógico en este caso.
No obstante, la decisión del gobierno de la República en el tema fue tomada como un nuevo pretexto por el capital financiero internacional para atacar a las autoridades por conducto de sus agencias calificadoras, quienes auguraron un retraso en la terminación de la megaobra y un encarecimiento de la misma, sin sustentar sus pronósticos.
Ni por equivocación aludieron a la violación de las bases de la convocatoria por parte de las corporaciones participantes, causal de descalificación en cualquier licitación. Empero no se trataba de analizar y opinar en forma objetiva, sino de sancionar y descalificar el modelo económico que impulsa Andrés Manuel López obrador y generar de manera artificial las condiciones para que el capital financiero encarezca el servicio de la deuda pública, especialmente la externa, comenzando por el cobro de la prima de riesgo contra incumplimiento de pago de deuda de Pemex. No quieren que cunda ese ejemplo del mandatario, porque es inconveniente para sus intereses.
Tampoco reflexionan respecto a que la derrama económica de 8 mil millones de dólares que generará la construcción de la refinería Dos Bocas sucederá, aunque las obras las administren directamente la Secretaría de Energía y Petróleos Mexicanos (PEMEX), porque no se trata de orientar a la opinión pública, sino de generarle problemas al nuevo gobierno, para lo cual el capital financiero internacional cuenta con el respaldo de la derecha y ultraderecha mexicanas y sus medios informativos.
Los mismos gobiernos de los países desarrollados están inconformes con el cambio de la política neoliberal, de lo cual el mejor ejemplo fue el embajador de la Unión Europea, Klaus Rudischhauer, quien consideró mal mensaje para los inversionistas extranjeros lo ocurrido con la citada licitación, sin referirse a la violación de las bases de la convocatoria por parte de las trasnacionales. Una omisión selectiva.