No se ha percibido, pero en las últimas semanas fuerzas federales capturaron a importantes cuadros operativos de la delincuencia organizada, y en enfrentamientos con miembros del Ejército, la Marina y la Policía Federal han muerto varios más.
En su política de pacificación el presidente Andrés Manuel López Obrador ha puesto énfasis en que deben atenderse las causas que conducen a los jóvenes a enlistarse en las filas de los criminales, lo cual condujo a muchos a pensar que no se iba a combatir a los malhechores, pero se está haciendo sin anuncio.
Deben hacerse las dos cosas; sobre todo, porque este año se recrudeció la lucha entre las bandas delincuenciales por “las plazas”, aprovechando la ruptura de los acuerdos que tenían con segmentos de las estructuras del poder público, que dejó sin protección y apoyo a unos grupos criminales.
En esas condiciones, otros buscan desplazarlos y obligar a las autoridades a pactar con ellos, como lo explicó hace poco en estas páginas uno de los colaboradores de este semanario.
