COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
NECESARIA LA GRAN INVERSIÓN, PERO GENERA
POCOS EMPLEOS; LA MEDIANA Y PEQUEÑA, MUCHOS
Es buena noticia la del arribo al país en el primer trimestre del año de inversión extranjera directa 7 por ciento superior a la del mismo período de 2018: diez mil millones de dólares. Es positivo porque refleja la confianza de empresarios foráneos en el país y el gobierno, contrariamente a los augurios de los opositores al nuevo régimen.
No obstante, es necesario recordar que las grandes inversiones, especialmente las extranjeras directas, no contribuyen mucho a resolver el problema del desempleo, porque ocupan poca mano de obra. Sus procesos productivos o de operación automatizados les permiten producir mucho con pocos trabajadores.
Esta situación se agravará conforme vaya expandiéndose el empleo de la llamada “inteligencia artificial”, pero desde hace décadas el uso intensivo de capital por parte de estas corporaciones económicas las libera de la necesidad de contratar y pagar a un numeroso personal.
Como ejemplo tenemos el caso de la comercializadora más importante del mundo: Walmart, quien el año pasado invirtió mil 300 millones de dólares en México, equivalentes a 25 mil 350 millones de pesos, pero sólo creó 10 mil empleos. Y estamos hablando de un capital arriesgado en el sector comercio, que no demanda mucha inversión. Menos puestos laborales se hubieran creado en otras actividades económicas, como las industriales.
Desde esta perspectiva, el nuevo gobierno está a tiempo de entender la conveniencia de poner énfasis en el apoyo a las medianas, pequeñas y microempresas, porque son las que utilizan mucha mano de obra en comparación con las inversiones que se necesitan para cada empleo.
En particular debe revisar los criterios, mecanismos y pertinencia del esquema con que ahora se financia a las pequeñas y medianas empresas, porque aun cuando se hacen sacrificios fiscales para impulsar a estos segmentos de la economía nacional, el manejo de los programas crediticios por parte de los bancos no las beneficia.
Las tasas de interés aplicadas a los financiamientos son onerosas, más altas inclusive que las aplicadas a los grandes créditos, por lo que las buenas intenciones institucionales terminan beneficiado al sistema bancario, no a los pequeños y medianos empresarios, ante la indiferencia de los anteriores secretarios de Hacienda y de Economía, del Banco de México y de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
Tal vez esta falta de interés en la defensa de los intereses de las medianas y pequeñas empresas de parte de los funcionarios encargados de vigilar el funcionamiento y las operaciones de los bancos explique el que muchos terminaron como altos directivos de estas instituciones del conocido también como “sistema nacional de pagos”, en su casi totalidad en manos del capital extranjero globalizado.
Los fondos destinados a apoyar a estos estratos de las empresas del país deben servir para eso, no lo hacen. Terminan convertidos en una nueva fuente de ganancias de los bancos, lo cual no debe consentirse más, en una nueva política de desarrollo económico y generación de empleos.