
*Verificentros están cobrando para otorgar calcomanías a vehículos reprobados.
Ismael Rojas Escobar
Los operativos de arrastre de vehículos no verificados son objetos de severas críticas por propietarios de las unidades, pero especialmente por los taxistas, por lo que cuestan las multas, el arrastre y corralones, más la alta corrupción registrada en los verificentros.
Esta corrupción reviste la modalidad de cobro extra y en efectivo a quienes presentan a verificar sus automotores y no pasan las pruebas, incluso los encargados de los sistemas preguntan antes si quieren la verificación “con ayuda” o “sin ayuda”, con el resultado de que no pasan el análisis los que no ceden a la extorsión y sí, quienes cubren la cuota, aunque contaminen, alertó Gerardo Soto López.
“Yo no creo que las autoridades estatales no conozcan esta realidad, porque siempre están bien informada de todo, por lo que deben estar en el negocio ilícito de los cobros adicionales y en efectivo de los verificentros”, sostuvo en su turno Raúl Ramos Gallardo, un taxista que tiene verificada su unidad, pero conoce bien el problema.
“Estoy de acuerdo que se cuide el ambiente y se obligue a todos los dueños de vehículos a verificarlos, pero verificarlos de verdad, no simular que lo hacen, porque lo que está pasando en esos lugares es una verdadera extorsión y engaño; sobre todo, porque se aprovechan de los dueños de los vehículos que necesitan el holograma, sin importar el pago de una suma extra, ni que sus unidades contaminen”, recalcó.
Por su parte, Ricardo Olivares Sánchez, automovilista particular, confirmó lo señalado por el taxista, y agrego: “la corrupción debe estar beneficiando también a altos funcionarios públicos. Sería ingenuo pensar que no están enterados de lo que pasa en los verificentros, cuando es pública y casi generalizada la corrupción”.
“Los verificadores se aprovechan de la necesidad de los dueños de los vehículos de contar con el holograma y de que no quieren perder más tiempo en las largas para intentar de nuevo la prueba. Por eso ceden fácilmente a la exigencia de dinero”, agregó.
José Ramón Celis Arredondo, automovilista, criticó los operativos de arrastre de los vehículos a los “corralones”, porque cuestan muchos a los dueños de los vehículos, en un gran negocio para propietarios de los verificentros y “corralones, sin efectos positivos para el ambiente”.
“Si lo que se busca es combatir la contaminación, que los operativos no sean para recoger las unidades, sino para notificarles a los dueños incumplidos de su omisión y darles un plazo para verificarlas, y en caso de que no lo hagan, entonces sí recoger los vehículos y mandarlos a los corralones”, propuso.