
Antes considerado alimento de los trabajadores de la construcción, por su bajo precio, el aguacate está convertido ahora en producto al alcance sólo de las familias de altos ingresos. Hasta en 90 pesos se vende el kilo del de mejor calidad; y en 70 pesos, el de menor, pero en todo caso nada más un reducido porcentaje de la población puede consumirlo diariamente.
De acuerdo con los resultados de un recorrido de este semanario por mercados públicos y tianguis mexiquenses, el alimento tiene precios diferenciados, según su calidad y van desde los 70 a los 80 y hasta los 90 pesos.
Los trabajadores de la construcción actualmente son quienes menos compran aguacates, porque sus ingresos no se lo permiten. Antes lo combinaban con chicharrón y quelites, pero ahora también el subproducto de cerdo está por las nubes, por lo que sus opciones nutritivas se han reducido mucho.