El exsecretario de Salud y exrector de UNAM, José Narro Robles evitó un segundo fracaso en elección interna de líderes del PRI: renunció a contender y también a las filas de ese partido, en el que militó 46 años.
Sin trabajo con las bases del tricolor, nadie sabe quién convenció al exrector de buscar la candidatura presidencial. Fracasó. El PRI prefirió a un externo: José Antonio Meade Kuribreña, y este año sorprendió cuando anunció su intención de ser presidente nacional del priismo. Tampoco se sabe quién lo indujo a la aventura condenada al fracaso, el segundo en año y medio.
Al renunciar criticó a la cúpula, a los gobernadores de su partido, al presidente Enrique Peña Nieto de incurrir en simulación en el proceso para elegir dirigentes, y hasta atribuyó al presidente López Obrador “tener metidas las manos en el PRI”.