En la Copa América disputada en Brasil participan en diferentes selecciones 27 futbolistas que juegan en México. Se trata de jugadores de calidad, pero no son los únicos extranjeros. Son numerosos quienes están acá y no son considerados por los técnicos de sus países. Es decir, no tienen jerarquía, pero ocupan plazas en los equipos mexicanos que podrían utilizarse para consolidar a jóvenes futbolistas nacionales.
El excesivo número de jugadores extranjeros de escasa calidad no se explica, porque hay muchos jóvenes locales mejores que los extranjero, pero no reciben las oportunidades de mostrar sus cualidades, pues los dueños de los equipos o los entrenadores prefieren a los de fuera, en una situación que perjudica el desarrollo de las potencialidades de las promesas del futbol mexicano.