* La selección femenil de fútbol de los Estados Unidos se corona en el Mundial.
Brasil ratificó una vez más que es la mejor selección del continente, al ganar la Copa América, disputada en su territorio, al vencer por tres goles a uno a al representativo de Perú. No obstante, su triunfo se vio manchado por la invención de un penal. Y si bien ese gol no influyó en el resultado, si afectó el ánimo de los andinos, quienes llegaron al torneo sin grandes posibilidades de tener un buen desempeño, pero jugaron la final.
La competencia futbolística sudamericana representó adicionalmente un fracaso para Argentina, y su astro Lionel Messi, quien es un jugador excepcional, pero de club, no de selección.
Sus extraordinarias cualidades para el futbol de nada le han servido a su país de origen, cuyos medios informativos destrozaron una vez más su imagen, como lo hacen en cada competencia en la que la presencia de la estrella del Barcelona no se traduce en un título para Argentina, y no se diga en campeonatos mundiales.
La selección albiceleste dejó dudas sobre su futuro en Qatar, porque para ese mundial faltan apenas poco más de dos años (el torneo se adelantó) y en el grupo argentino no se ven nuevas grandes figuras y las consagradas ya van de salida. Tampoco le sobran a Brasil, por lo que el panorama inmediato para el futbol americano no parece luminoso.
Por su parte, la selección femenil de Estados Unidos refrendó su título mundial al ganar el torneo correspondiente disputado en Francia, al triunfar sobre Holanda por dos goles a cero.
Las mujeres futbolistas ofrecen un gran espectáculo no sólo por su belleza, sino también por su gran sentido común en el terreno de jugo, muy superior al de los hombres.
Derrochan técnica, visión de campo, rapidez y verticalidad, brillantes combinaciones y goles espectaculares, además de no fingir faltas, ni buscar engañar al árbitro, como lo hacen los jugadores, y especialmente Neymar.
