El boxeo mexicano acumuló el día 21 del pasado mes su décimo título mundial, con la coronación de Elwin “Pulga” Soto, quien noqueó en el round 12 al portorriqueño Ángel Acosta, considerado uno de los mejores peleadores libra por libra del mundo, en una durísima pelea que iba perdiendo claramente, efectuada en Indio, California.
Su hazaña deportiva se aproxima mucho en su dimensión a la de Andy Ruiz frente al inglés Anthony Joshua de la cual se sigue hablando, mientras la de Soto, un bajacaliforniano pasó casi desapercibida. Tal vez porque se trata de un campeonato de peso minimosca la victoria no tuvo la resonancia debida.
Para valorar lo hecho por el pequeño gigante mexicano es necesario saber que Acosta sólo tenía una derrota, y sus 20 victorias, incluyendo 4 por el título mundial de la división de la OMB, las ganó todas por nocaut; además es rápido, certero, de pegada letal y buen boxeador. Entre el cuarto y el round del desenlace golpeó en forma despiadada a la “Pulga”, pero no pudo noquearlo, ni siquiera derribarlo, éste sí lo había enviado a la lona en el tercer round.
Cuando todo mundo esperaba nocaut del campeón, el mexicano lo sorprendió con un potente izquierdazo a la mandíbula, seguido de otros potentes cuatro golpes, que lo desmadejaron y estaba a punto de caer y de recibir un daño mayor, el réferi paró la golpiza y así se consumó la hazaña, de la cual muy poco se habla.