LOS INTELECTUALES ANTE SEXENIO DE AMLO Y EPN
MAXIMILIANO CASTILLO R.
Enrique Krauze no sólo participó desde el anonimato, pero financiado por grandes empresarios, en la campaña sucia contra el entonces candidato presidencial Andrés Manuel López el año pasado, de lo cual sus propios excolaboradores lo delataron, sino también en forma abierta hizo trabajo para pedirle a la población no votar mayoritariamente por los candidatos de MORENA a senadores y diputados federales.
En distintos noticieros habló de la necesidad de no darle a ese partido la mayoría en las dos cámaras del Congreso de la Unión, porque eso, sostenía, prepararía el camino a un régimen autoritario, inclusive dictatorial, justamente los argumentos utilizados en la campaña anónima elaborada por el mismo historiador, convertido en activista de la derecha y la ultraderecha de México.
Por su parte, otro intelectual, Héctor Aguilar Camín, en su juventud simpatizante de la izquierda, posición ideológica que, precisamente, los distanció hace años de Krauze y de Octavio Paz, antes sus compañeros de viaje, en el anterior sexenio federal se ocupó de minimizar los graves problemas del país.
Cuando se hablaba de los altos índices de violencia y delitos, y se sostenía que México vivía momentos muy difíciles, aprovechaba sus conocimientos de doctor en historia para comparar esa situación con otras de las etapas aciagas de México, como las de la guerra de independencia, la invasión estadounidense la Revolución Mexicana y la guerra cristera; es decir, aseveraba que con Enrique Peña Nieto no estábamos mal.
Ahora se sabe que Krauze temía un triunfo de López Obrador porque le representaría pérdidas económicas, porque cobró a la presidencia de la República durante el sexenio de Peña Nieto más de 144 millones de pesos. Aguilar Camín también obtuvo beneficios de la misma fuente, y ahora vuelve a coincidir con el primero en su posición crítica hasta la irracionalidad al gobierno de López Obrador.
Una extensa relación de columnistas, articulistas, conductores de noticieros de radio y televisión y participantes en los espacios de debates en los medios informativos igualmente recibía millones de pesos al año de la presidencia de la República, pero muchos de ellos son grandes y conocidos corruptos, desprestigiados, pero enriquecidos y por eso a nadie sorprende que hayan obtenido millones de las anteriores autoridades.
No son intelectuales, como Krauze y Aguilar Camín, ni se reclaman la conciencia crítica del país, como éstos dos, quienes durante 13 años criticaron al ahora presidente cuando era opositor, y hacen lo mismo ahora, por razones distintas a las de antes: primero los hacían porque recibían beneficios económicos de un gobierno que quería destruir políticamente al tabasqueño.
Adicionalmente sabían que un triunfo en las urnas del principal líder social del país perjudicaría sus intereses de empresarios, lo que ocurrió, porque el nuevo jefe de la nación suspendió la entrega de dinero que sus antecesores daban a los periodistas a través de empresas que éstos crearon para recibir fondos públicos. Ahora están dolidos por esa pérdida, aunque disfracen su resentimiento de reflexión propia de intelectuales.