1-La dirigencia nacional de Morena no debió permitir la ampliación del plazo del próximo gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, porque de antemano podía percibirse que la decisión de la Legislatura Local iba a ser reprobada por la abrumadora mayoría de los mexicanos, y aun cuando Morena no tiene mayoría en el Legislativo de esa entidad federativa, el gobernador es de sus filas.
Eso dio lugar, adicionalmente, a que en forma extralógica los detractores del gobierno de Andrés Manuel López Obrador difundieran que los de Baja California es un adelanto de la reelección de éste, lo cual carece de sentido, porque aun en caso de que esa fuera la intención del mandatario, un cambio constitucional para ello sólo podría efectuarse con el apoyo de los senadores y diputados federales de MORENA, PAN, PRI, MC, PRD, PES y PVEM. Y es claro que no lo apoyarían.
2-La captura del poderoso abogado Juan Collado Mocelo afectará la imagen del Poder Judicial Federal y particularmente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, porque al menos cuatro de sus ministros son públicos amigos personales del jurista: Luís María Aguilar Morales (expresidentes de la SCJN y del Consejo de la Judicatura Federal), Mario Pardo Rebolledo y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien estuvieron en la “cumbre salinista” en que se convirtió la boda de la hija del ahora preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México por presuntos delitos de delincuencia organizada y operación con recursos de procedencia ilícita.
Si al final Collado Mocelo es declarado inocente en la población quedará arraigada la creencia de que lo ayudaron sus amigos ministros, pues los jueces penales conocen las relaciones de afectos del preso con la cúpula de la SCJN. Además, si el caso llegara hasta la Corte, los cuatro tendrían que excusarse de conocer el caso, lo que sentará un precedente, porque nunca tantos ministros habían quedado inhabilitados para revisar un expediente penal.