LOS OBSTÁCULOS DE LA 4T: DE
LA DERECHA E INCIVILIDAD
EL NEOLIBERALISMO FOMENTÓ LA INCIVILIDAD E
INDIVIDUALISMO Y EL AFÁN DE VIOLAR NORMAS
Sólo quienes no conocen la historia pudieron creer que una vez ganando Andrés Manuel López la presidencia de la República todos los problemas del país y de los 127 millones de mexicanos desaparecerían el 2 de diciembre de 2018. También sólo con ingenuidad pudo esperarse la resignación y pasividad de los grupos privilegiados, usufructuarios de los altos niveles de la corrupción gubernamental en la etapa neoliberal.
La lucha en defensa de los intereses de los muchos siempre es resistida por los favorecidos por el poder público, quienes en estas condiciones maniobran y destinan recursos para hacer fracasar a un gobierno de corte progresista. Y más si se declara abiertamente enemigo de la corrupción y de la concentración de la riqueza.
Como conocedor de la historia, el mandatario debió haber previsto la oposición de los grupos privilegiados a su gobierno y especialmente a su cuarta transformación, y a partir de eso, adoptar medidas institucionales y políticas para neutralizar los evidentes intentos de obligarlo a volver al modelo económico neoliberal.
Lo que no está muy claro es si el presidente Andrés Manuel López Obrador tomó en cuenta el otro gran obstáculo a sus objetivos de erradicar la corrupción, reducir la pobreza, lograr un desarrollo económico equitativo y elevar los niveles de bienestar de los cerca de 70 millones de mexicanos en pobreza y pobreza extrema: el comportamiento de la población.
La corrupción desbordada del anterior gobierno y su ineptitud o el desprecio al pueblo y su desinterés en resolver los problemas de la mayoría, cansaron a los electores, quienes le ajustaron cuentas a ese gobierno, al PRI y al PAN, dándole más de 30 millones de votos al tabasqueño.
No obstante, un porcentaje muy alto de quienes deseaban la derrota del PRI, como venganza contra la corrupción del gobierno de Enrique Peña Nieto, incurren también en conductas incivilizadas, individualistas y hasta egoístas, inducidas y fortalecidas, precisamente por el modelo económico neoliberal.
Además del reto de desarticular y frustrar los planes de la ultraderecha empresarial de hacer fracasar a su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador deberá superar el otro desafío: transformar la mentalidad de los mexicanos, para que abandonen el individualismo, la falta de consideración hacia los demás, el debilitamiento del espíritu solidario y la falta de respeto a las normas, desde las constitucionales hasta las reglamentarias a escala de municipios.
Este cambio será tan difícil de lograr tal vez más que el objetivo de derrotar y desbaratar los planes de la ultraderecha empresarial, porque ese mal comportamiento ciudadano se arraigó y expandió en el territorio nacional durante 36 años, lo cual no debe olvidar el tabasqueño y sus colaboradores.