*Cada 3 meses se presentan a demostrar que viven aún. *IMSS suprimió ese trámite.
De la redacción
Cada tres meses los jubilados del ISSEMYM deben presentarse en las oficinas del instituto para acreditar que siguen vivos, y si no lo hacen, al cuarto mes no reciben su pensión. “Para recuperarla debemos efectuar muchos trámites engorrosos”, se quejaron varios de ellos ante “El Espectador”.
El requisito de probar la sobrevivencia fue suprimido por ISSSTE e IMSS, precisamente por inhumano, dadas las condiciones de salud y físicas muy vulnerables de quienes dejaron su vida en el servicio público. El organismo estatal teme no se reporten las muertes de jubilados y las pensiones sigan cobrándolas los familiares.
No obstante, el ISSEMYM mantiene aún el trámite y, con un exceso de crueldad, suprimió la medida de conmiseración que consistía en permitirles a los jubilados con problemas de salud o discapacidad acudir directamente a la ventanilla para probar que aún viven.
Ahora deben formarse en la misma fila de quienes se jubilaron hace poco tiempo y están en mejores condiciones generales de movilidad que los ancianos, cuya salud es precaria, como débil es su cuerpo por la avanzada edad.
Antes los jubilados tenían que recoger sus cheques en ventanilla, pero consiguieron que sus pensiones se las pagaran mediante tarjeta bancaria; no obstante, cada tres meses deben cumplir con la obligación de probar que no han muerto, por lo cual se ven forzados a visitar las oficinas del organismo.
No importa cómo estén, todos deben presentarse, con la agravante de que ahora no tienen la facilidad de llegar directamente a las ventanillas a recibir sus recibos de pago y que los vean ‘vivos’. Se forman en las largas filas generales.
De esta forma se observa a jubilados de 80 años o más sufriendo para llegar a la ventanilla con bastones, muletas, andaderas y sillas de ruedas o siendo cargados por familiares, pues si no acuden al trámite de sobrevivencia les suspenden el pago de su pensión.
De acuerdo con lo que revelaron a este semanario, el problema mayor lo padecen aquellos ya sin familiares para que los acompañen a cubrir el trámite, pues deben arreglárselas como puedan.
Los jubilados ignoran por qué el organismo los somete cada tres meses a esta especie de martirio, que no aplican ya el IMSS ni el ISSSTE, precisamente, porque es inhumano generarle problemas innecesarios a quienes son ancianos.
Familiares de los afectados por la inhumanidad del Instituto demandaron que las autoridades busquen la asesoría del ISSSTE o del IMSS para que lo orienten sobre cómo suprimir el requisito de ‘supervivencia’ para que los ancianos cobren, a la vez que se mantenga actualizado el padrón y se evite que familiares vivales engañen al instituto y cobren por difuntos.
