COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
MORENA, OBLIGADA A LEGISLAR A RITMO ACELERADO
PARA CAMBIOS CONSTITUCIONALES, AHORA QUE PUEDE
Dentro de dos años se habrán efectuado ya las elecciones de cabildos y legislativas. De prosperar la iniciativa de prominentes priístas de formar alianza con el PAN, la correlación de fuerzas en el sistema estatal de partidos será distinta a la actual en la representación popular mexiquense.
Aun sin esa coalición de los dos principales partidos de derecha y centroderecha probablemente las cosas serán distintas a las actuales en ese cuerpo colegiado de elección popular, porque difícilmente MORENA y sus aliados lograrán la mayoría calificada, como sí ocurrió el año pasado, en comicios concurrentes locales y federales, incluyendo la elección presidencial.
Esa presencia abrumadoramente mayoritaria no gusta a sus adversarios partidistas e ideológicos y menos al PRI y especialmente a sus segmentos más cerriles, como se vio cuando intentaron desvanecer la mayoría calificada de MORENA y sus aliados. No lo consiguieron, pero sí lograron dejarla sin mayoría absoluta como partido.
Se trató de una maniobra política no denunciada públicamente por la mayoría legislativa, porque esas cosas no son fáciles y más bien son extremadamente difíciles de probar documentalmente, aunque existan indicios claros para ello y actos carentes de sentido común en algunas decisiones.
No se descartan nuevas acciones en el mismo sentido, por lo que si MORENA desea modificar el marco constitucional mexiquense debe legislar a marcha forzada, porque los rezagos en el contenido de la Máxima Norma de la entidad son muchos y no permiten avanzar al ritmo necesario para dejar al Estado de México en sintonía con los objetivos de orden estratégico de la denominada Cuarta Transformación.
De no concluir esta tarea en el tiempo que queda de aquí al inicio de las campañas electorales para ayuntamientos y de diputados locales, difícilmente podrá hacerlo la actual mayoría legislativa antes de terminar su trienio, esa condición pudiera llegar a perderla inclusive antes, si quienes buscan alterar con maniobras la voluntad popular expresada en las urnas por los votantes mexiquenses tienen éxito.
Este riesgo es real; sobre todo, porque Morena no ha logrado consolidarse como partido en suelo mexiquense, como ocurre lo mismo en la mayoría de los estados de la República, por su escaso trabajo organizativo, de afiliación, de capacitación ideológica, a lo que se agrega una dirigencia ausente, de cuya presencia nada se sabe, pues nada dice, ni se sabe que haga algo. La población ni siquiera sabe quienes son los cabezas del partido morenista, ni donde se les puede encontrar.
Ese partido fundado por el actual presidente Andrés Manuel López Obrador no da señales de vida, a pesar de su alta votación obtenida el año pasado, producto del fuerte arraigo popular del ahora mandatario, y de disponer de cuantiosos recursos provenientes de las prerrogativas, lo que hace difícil esperar la repetición automática de sus resultados de hace un año, por lo que para cambiar el marco jurídico constitucional del Estado su bancada y las de sus aliados deben desplegar un intenso y sostenido esfuerzo.