
*Oficialmente negó que policías hubieran disparado sobre aeronave en Sultepec.
De la redacción
El gobierno estatal en forma oficial ocultó, tergiversó y buscó impedir el conocimiento de la realidad en el caso del helicóptero derribado en el paraje ‘Rincón de Cristo’, en el municipio de Sultepec, el 16 de junio de este año, según un análisis de “El Espectador”.
Una persona murió (un piloto del Estado de Morelos) y tres mujeres resultaron lesionadas en la caída del aparato, en el cual viajaba igualmente un menor de edad. El trayecto terminaría en Toluca, donde sería atendida médicamente una de las pasajeras.
La Fiscalía General de la República (FGR) investigó y sus resultados desmintieron lo difundido por el gobierno mexiquense en comunicados de prensa sobre el hecho: la aeronave fue derribada por disparos de arma de fuego.
Además, identificó al responsable, un elemento de la policía estatal, lo consignó ante el ministerio público federal, obtuvo orden de aprehensión y capturó al presunto culpable del ataque, quien está recluido en el penal de Santiaguito, en Almoloya de Juárez.
Tan pronto como se dio a conocer el desplome del helicóptero, el gobierno mexiquense negó en comunicado de prensa que hubiera sido por disparos de los policías y aseguro que la aeronave no presentaba orificios de balas, ni el piloto muerto.
Sólo después de que las sobrevivientes informaron que fueron agredidas a tiros, se aceptó que los uniformados dispararon, pero se dijo lo hicieron para repeler una ataque con armas hecho desde el aparato derribado.
No obstante, las revisiones al helicóptero no encontraron una sola arma, ni hombres además del piloto, quien vivía en el estado de Morelos y prestaba el servicio de taxi aéreo a quien lo solicitara.
Las autoridades estatales también ocultaron que el piloto murió por disparos de arma de fuego. Expresamente difundieron que no presentaba heridas por proyectil de arma de fuego y sus lesiones mortales fueron ocasionadas por la caída de la aeronave.
La Fiscalía Genera de la República, que por tratarse de un accidente aéreo atrajo las investigaciones, encontró que el piloto fue asesinado con un tiro y el proyectil disparado por el arma de un uniformado mexiquense.
La información difundida por la FGR expuso que en las investigaciones participaron autoridades militares y del Estado de México, e incluyeron testimonios, dictámenes periciales en materia criminalística de campo, balística forense y mecánica de lesiones.
Estos resultados, más la consignación, orden de aprehensión, captura y sujeción a proceso del policía presuntamente culpable del derribo de la aeronave dejaron expuesto el ocultamiento y tergiversación de lo ocurrido por parte de las autoridades mexiquenses.
Se repitió lo que hizo Eruviel Ávila Villegas cuando atribuyó a un enfrentamiento armado la muerte de 22 presuntos delincuentes en Tlatlaya. Después se descubrió que al menos la mitad de los muertos fueron ejecutados por militares después de rendirse.