“No Podemos Enfermarnos porque No Tenemos para Curarnos”: MB

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*Los pueblos originarios tienen abundante riqueza culinaria; debe difundirse.

De la redacción

Los pueblos indígenas mexiquenses tienen una enorme riqueza culinaria. Su alimentación sana les permite no enfermarse, lo cual en sus condiciones de pobreza sería un gran problema.

“No podemos darnos el lujo de enfermarnos, porque no tendríamos dinero para acudir y pagarle al médico y, menos, para pagar las medicinas”, aseveró Magdalena Bermúdez, de Temoaya, durante su participación en el tema de la comida de los pueblos originarios de su municipio y de Ocoyoacac y Amanalco, acto organizado por la diputada Juliana Felipa Arias Calderón, presidenta de la Comisión de Asuntos Indígenas de la 60 Legislatura del Estado de México.

La representante popular de Morena, quien promovió la presencia de la comida, destacó en su turno las cualidades de esta alimentación.

Al mismo tiempo, llamó a una cruzada para rescatar y difundir la gastronomía y la cultura general de los pueblos originarios y de México, dada su variedad y alto valor nutritivo no conocido a cabalidad.

En el Palacio Legislativo se montó una muestra de la comida de la población indígena de los tres municipios, la cual es altamente nutritiva y saludable, porque está libre de los componentes agroquímicos empleados en la producción industrializada de alimentos.

Magdalena Bermúdez destacó la comida de los pueblos originarios, y especialmente el mole, factor de unidad familiar y de las comunidades, porque está presente y se consume en todas las fiestas.

Se trata de un alimento imprescindible en todo convivio, sea bautizo, primera comunión, terminación de un ciclo escolar, quince años, bodas, cumpleaños y aun en los funerales, nunca falta, por lo que rebasa con mucho su importancia como elemento nutritivo y se convierte en un componente de unidad y fraternidad al interior de las familias, amigos y de las comunidades, recalcó la experta en el tema.

Recordó que la naturaleza dotó a las comunidades indígenas de condiciones para producir sus propios alimentos de alto valor nutritivos y saludables porque adicionalmente se cultivan con técnicas ancestrales, lo cual es muy importante en estos tiempos de crisis, pero sobre todo para evitar las enfermedades derivadas de los malos ámbitos alimenticios.

Recordó que el arte de la gastronomía, a diferencia de otras actividades, no se transmite de madres a hijas, sino de abuelas a nietas, a quienes enseñan a cocinar desde muy pequeña y cuando tienen 12 años ya conocen los ingredientes y la forma en que se prepara el mole rojo o verde.

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