
*Poco dinero le dieron en el caso Odebrecht. *Detienen a madre de Lozoya.
GABRIEL L. VILLALTA
Gilda Austin de Lozoya, madre del exdirector de Pemex, fue detenida en Alemania, por los delitos de asociación delictuosa y “lavado de dinero”, derivados del “caso Odebrecht”. Su detención en aquel país europeo, de donde es la mujer de Emilio Lozoya Austin, fue con fines de extradición a México.
Mientras tanto, de acuerdo con lo asentado en el expediente judicial del caso Odebrecht, Emilio Lozoya Austin, en su calidad de director general de Pemex, recibió un sobornó de seis millones de dólares de la megaconstructora brasileña, para favorecerla con las obras de la refinería planeada para Hidalgo, cerca de Pachuca.
El proyecto se canceló, pero en enero de 2014 le otorgó contratos tan sólo para trabajos en las refinerías de Tula, Hidalgo, y Salamanca, Guanajuato, por mil 436 millones de pesos, que posteriormente se modificaron y aumentaron a casi tres mil millones de pesos.
Además, hay dudas de si en el caso de la refinería de la citada ciudad del Bajío efectivamente se hicieron los trabajos, porque cuando inició la nueva administración de Pemex encontró que ni siquiera los gigantescos tanques de almacenamiento de gasolinas estaban pintados; es más, estaban oxidados y deteriorándose.
El monto del presunto soborno, al tipo de cambio de cuando se habría entregado representaban 80 millones de pesos, suma irrisoria si se toma en cuenta lo que se sabe se cobraba como “moche”, que en muchos casos llegó al 30 por ciento del monto del contrato adjudicado; sobre todo, cuando no había licitación, como ocurrió con los de las refinerías de Tula y Salamanca.
Con estos antecedentes adquiere sentido lo que sostiene Javier Coello Trejo, defensor de Lozoya Austin, quien se cansa de decirle a los medios informativos que su representado no se mandaba sólo, y que recibía órdenes de sus superiores, quienes se habrían quedado con la parte suculenta de los sobornos de Odebrecht.
En este caso, el ahora prófugo sólo habría tomado una especie de pequeña propina del dinero malhabido que recibieron sus jefes. Coello insiste que la autoridad de Pemex con facultades para autorizar contratos relevantes era el consejo de administración de la empresa, que no encabezaba Lozoya.
En estas condiciones, el monto real del soborno debió ser muy superior a esos seis millones de dólares, éstos eran una pequeña propina “por atenciones”.
De acuerdo con un especialista en el tema consultado por “El Espectador”, Pemex nadaría en la abundancia si su principal acto de corrupción se hubiera limitado a los seis millones de dólares, pues tan sólo el endeudamiento del sexenio fue por más de cien mil millones de dólares.
Mientras tanto, Coello Trejo insiste en segunda instancia judicial federal para que le acepten como testigos en el expediente “Odebrecht” al expresidente Enrique Peña Nieto; y los exsecretarios de Hacienda, Luís Videgaray Caso; y de Energía, Pedro Joaquín Coldwell.