El gobierno federal debe ser cuidadoso en extremo en las negociaciones con la empresa que antes era OHL, para la compra de sus acciones del Aeropuerto Internacional de Toluca (AIT), porque esa empresa española es tramposa y altera el valor de sus activos y sus estados financieros.
La idea de adquirir la participación que esa compañía tiene en el AIT es buena, para que los socios sea el gobierno federal, el estatal y Aeropuertos y Servicios Auxiliares, sin presencia de unos empresarios acusados en su país de corrupción.