*Aprueba el Legislativo punto de acuerdo para que el gobernador gestione la veda.
De la redacción
La alta corrupción de funcionarios encargados de autorizar aprovechamientos forestales y la participación de la delincuencia organizada en la devastación de los bosques mexiquenses rompió el equilibrio entre la superficie deforestada y su recuperación por la regeneración natural y los trabajos de reforestación:
Se pierden más hectáreas arboladas que las que se reforestan, con lo cual se registra un desequilibrio en perjuicio de las condiciones ambientales, sostuvo el diputado local de Morena, Margarito González Morales, presidente de la comisión legislativa de Desarrollo Agropecuario y Forestal.
Desde la tribuna del Salón de Pleno de la 60 Legislatura, el representante popular propuso, y logró la aprobación por unanimidad, un punto de acuerdo para solicitarle al titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) que ordene a quienes corresponda realizar los estudios correspondientes en las zonas forestales señaladas.
Estos trabajos serán para poder gestionar ante el titular del Poder Ejecutivo Federal declarar la veda forestal, para contener la depredación de los bosques mexiquenses, muy afectados por la tala irracional.
La prohibición de talar árboles se propondrá para las zonas forestales del Nevado de Toluca, Itza-Popo, Cibio-Cruces, Subcuenca de Valle de Bravo la Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca, detalló el diputado local de Morena.
Por la tala ilegal, en la cual participan grupos del crimen organizado y la legal, igualmente irracional, las plagas, los incendios, los cambios de uso de suelo y el desarrollo urbano y otros factores, el Estado de México pierde anualmente 12 mil 850 hectáreas boscosas.
La tala autorizada, donde prevalece una alta corrupción de los funcionarios que otorgan los permisos para derribar árboles, “también es irracional y daña los ecosistemas”, sostuvo el legislador de Morena.
La devastación de los bosques por parte de la delincuencia organizada genera adicionalmente un mercado negro de la madera, con altos precios, porque el desarrollo urbano demanda los productos obtenidos de los árboles.
González Morales recordó que la primera veda forestal se decretó en el Estado de México de 1991 a 1995, precisamente por el avance acelerado de la pérdida de la riqueza forestal y la necesidad de frenar el fenómeno y permitir la regeneración de los bosques. La veda sería temporal.
El punto de acuerdo se aprobó con dispensa del trámite de comisiones, por tratarse de un asunto de obvia y urgente resolución.