
*Mil 200 millones de personas en el mundo son adictas al tabaco y mueren 6 millones.
De la redacción
Las ganancias que mil 200 millones de fumadores en el mundo proporcionan a las corporaciones cigarreras les dan un poder que les permite comprar autoridades e influir en los cuerpos colegiados de representación popular para impedir leyes eficaces contra las adicciones.
Esa fuerza es tanta que las autoridades de los estados soberanos “ni siquiera pueden cambiar el etiquetado de advertencia sobre los riesgos para la salud que representa el consumo de tabaco, especialmente en forma de cigarrillos”, coincidieron en destacar los oradores de los actos efectuados en México y el mundo por “Un día sin tabaco”, organizado por la Organización Mundial de Salud e instituciones de la materia; en el caso de México, el IMSS y la Secretaría de Salud.
La OMS, agencia de la ONU, estimó en 6 millones anuales el número de muertes en el mundo ocasionadas por el consumo de tabaco, y calcula que si no hay acciones eficaces para reducir el número de fumadores y la frecuencia del consumo, las víctimas llegarán a ocho millones en 2030.
En México, 142 personas mueren diariamente por cáncer de pulmón o EPOC, enfermedades provocadas por las adiciones en la materia. Se destacó igualmente que 80 por ciento de las víctimas por consumo de cigarros ocurre en países de ingresos medios y bajos; es decir, afecta más a los adictos pobres.
Especialistas en el tema destacaron el enorme poder adictivo del tabaco, el cual supera a la cocaína y mucho más a la marihuana, y convierte su consumo en un problema de salud pública. Además, en el país, los niños comienzan a fumar a los 12 años y las niñas a los 14.
En las diversas ceremonias se dio a conocer que la adicción al tabaco es tan grave que, de quienes buscan dejar el vicio, apenas el siete por ciento lo consigue, mientras el 93 por ciento vuelve al consumo.
Autoridades de salud advirtieron que el consumo de cigarrillos ocasiona cáncer en diferentes órganos del fumador y, al final, acorta la esperanza de vida de los mismos, como efecto de estar expuestos a la combustión y liberación de sustancias tóxicas.
Los fumadores tienen una expectativa de vida de entre 10 y 20 años menor a quienes no se exponen al humo del tabaco incinerado o fumado en sus diversas modalidades.
Lo más grave consiste en que el consumo de tabaco no sólo afecta a quienes están involucrados en esta adicción, sino también a quienes los rodean o permanecen mucho tiempo junto al fumador.
Las víctimas colaterales, afectadas por la cercanía con quienes consumen cigarros, se elevan a un millón al año en el mundo; es decir, ese número de personas pierden la vida sin consumir directamente cigarros.