Los Grandes Medios y la Salida de Sus Conductores Estrella

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LOS GRANDES MEDIOS INFORMATIVOS NACIONALES

PERDIERON, POR DESPRESTIGIO, A SUS ESTRELLAS

MAXIMILIANO CASTILLO R.

(Segunda  última parte)

En un momento en que más los necesitan en su pugna por doblegar al presidente Andrés Manuel López, los grandes medios informativos de cobertura nacional impresos y electrónicos se quedaron sin sus periodistas estrellas, destruidos por su comportamiento antiético y conflictos de interés.

Los millones de pesos recibidos de la presidencia de la República en los sexenios de Fox, Calderón y Peña, que en algunos casos, como el de Joaquín López Dóriga, sólo en la presidencia de la República cobró 254 millones de pesos en el sexenio pasado, lo están pagando con desprestigio.

Después de la entrega del Instituto de Transparencia y publicación de una lista de famosos periodistas que cobraban en Los Pinos, ya no fue lo mismo. Cayó mal que periodistas supuestamente independientes, inclusive presuntamente críticos, estuvieran cobrando en las empresas en donde prestaban sus servicios y al mismo tiempo recibieran más dinero de la casa presidencial.

Casi todos siguen haciendo periodismo, pues muy pocos perdieron también la confianza de sus empleadores y quedaron en el desempleo. La mayoría sigue, pero ya sin la credibilidad de televidentes, radioescuchas y lectores de diarios. Y en estas condiciones reportan poca utilidad a los intereses empeñados en socavar las bases de apoyo al nuevo gobierno, como lo prueban las encuestas pagadas por los adversarios de López Obrador, que arrojan un alto respaldo y confianza ciudadana.

La situación se complica más para los medios informativos que no prepararon relevos para sus estrellas. Con la excepción de “Milenio Televisión”, quien contrató a un buen grupo de jóvenes mujeres y hombres para sus espacios noticiosos, que se están consolidando, el resto se quedó con sus figuras desgastadas, de poco utilidad en su oposición al gobierno lópezobradorista.

No escapa a esta situación el mundo intelectual vinculado a los medios informativos. Muchos eran considerados independientes, críticos y alejados del poder, pero en realidad se hicieron millonarios con su cercanía a la presidencia de la República, a quien cobraban millones de pesos al año.

Los dos casos emblemáticos de esa erosión de la imagen del intelectual independiente los constituyen Enrique Krauze y Héctor Aguilar Camín, consentidos y generosamente retribuidos económicamente por los gobiernos de Fox, Calderón y Peña. En el primer caso, adicionalmente, padeció el severo golpe a su credibilidad con la publicación de haber participado en la guerra sucia contra el candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.

Aguilar Camín resalta igualmente entre los intelectuales coptados por el poder público porque en su juventud militó en las causas de la izquierda, y según uno de mis maestros, “en sus tiempos como columnista de ‘Unomásuno’ era enemigo jurado del cobro de embute de los reporteros en sus fuentes”.

Se encargaba de investigarlos de oficio, en una especie de comisario de izquierda, espontáneo, pero implacable contra la corrupción de los periodistas, fenómeno que ahora sus vínculos con el anterior gobierno indican “ya no le parece malo”, aunque como en los casos de los exhibidos por recibir dinero de la presidencia, lo hizo perder credibilidad, confianza y respetabilidad.

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